Hong Kong, 6 ene (EFE).- La Policía de Hong Kong arrestó hoy a medio centenar de políticos opositores y activistas por organizar y participar en unas elecciones primarias no oficiales que, según las fuerzas de seguridad, violaría lo estipulado en la Ley de Seguridad Nacional que Pekín impuso a la excolonia británica el año pasado.

Muchos de los opositores, entre ellos varios exdiputados, fueron detenidos por su participación en las primarias que el bando demócrata organizó el pasado mes de julio con vistas a los comicios legislativos de septiembre, que fueron finalmente pospuestos por las autoridades so pretexto de la pandemia de coronavirus.

La redada es, con mucha diferencia, la más extensa desde que entró en vigor la legislación, que pena hasta con cadena perpetua supuestos de secesión o de confabulación con fuerzas extranjeras.

El Partido Democrático aseguró a través de su perfil en la red social Twitter que la Policía considera la campaña demócrata una maniobra para forzar la dimisión del actual Gobierno y hacerse con la mayoría en el Parlamento, lo que considera «un acto de subversión que viola la Ley de Seguridad Nacional».

Entre los detenidos están los exdiputados Leung Kwok-Hung, Gary Fan, Lam Cheuk-ting, Chu Hoi-dick, Au Nok-hin, Alvin Yeung, Wu Chi-wai, James To y Andrew Wan.

Uno de los promotores de las primarias, Benny Tai, también figura entre los arrestados, así como Robert Chung, director ejecutivo del Instituto de Investigación de Opinión Pública de Hong Kong (PORI, por su acrónimo en inglés), empresa que proporcionó la tecnología necesaria para llevar las votaciones a cabo.

También se encuentra entre los detenidos el abogado estadounidense John Clancey, tesorero del grupo Poder para la Democracia.

LA POLICÍA DEFIENDE LA OPERACIÓN

Las primarias buscaban reducir el número de candidatos y presentar una lista única a los comicios del Legislativo aprovechando el impulso que recibió el movimiento prodemocrático con las elecciones de distrito de noviembre de 2019, en las que la oposición logró una abrumadora mayoría.

Su idea era intentar asegurarse una mayoría en el Parlamento, para lo cual debían obtener más de 35 escaños, pero el plan se vino al traste una vez que la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, decidió aplazar los comicios debido a la pandemia.

Lam ya advirtió que si el movimiento lograba una mayoría podría rechazar sus presupuestos, y que de hacerlo dos veces la obligaría a dimitir.

El superintendente Steve Li Kwai Wah, del cuerpo policial creado por Pekín, defendió hoy las detenciones, que fijó en 45 hombres y 8 mujeres en edades comprendidas entre los 23 y los 64 años y explicó que «el bando prodemócrata planeaba vetar los presupuestos del Gobierno para bloquearlo».

Y eso, dijo, violaría una de las cláusulas de la Ley de Seguridad referida a la «subversión del poder estatal».

«Algunos de los participantes se comprometieron a rechazar cualquier presupuesto que presentase el Gobierno. Eso es subversivo», dijo Li.

También señaló que quienes votaron en las primarias no se enfrentarán a ninguna acusación, pero confirmó que han pedido a cuatro medios de comunicación locales que proporcionen información en relación con la investigación policial en marcha.

El secretario para la Seguridad hongkonés, John Lee, confirmó asimismo que los detenidos están involucrados en el crimen de intentar «derrocar al Gobierno hongkonés».

CRÍTICAS DE ACTIVISTAS Y ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS

Entretanto, Alan Leong, del Partido Cívico, indicó que las detenciones suponen «una afrenta al derecho constitucional al voto del pueblo de Hong Kong», y que en la ciudad «no se respeta la Ley Básica (la mini-constitución hongkonesa)».

Leong pidió a los hongkoneses que no desesperen: «Hay una luz al final de este túnel oscuro. Mantengamos nuestro espíritu», dijo.

Por su parte, la investigadora sobre China de la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch Maya Wang afirmó que «el Gobierno chino ha decidido celebrar 2021 con las detenciones de más de 50 destacados activistas en Hong Kong, borrando así los restos de apariencia democrática que quedaban en la ciudad».

«Una vez más, Pekín no aprende de sus errores en Hong Kong: la represión genera resistencia, y millones de hongkoneses continuarán con su lucha por su derecho al voto y a presentarse como candidatos a un gobierno elegido democráticamente», apuntó.

Amnistía Internacional se sumó a las críticas: «Se trata de una represión política de impacto. Barren candidatos, activistas y organizadores de primarias. Es la demostración más cruda hasta la fecha de cómo la Ley de Seguridad se ha convertido en un arma para castigar a cualquiera que se atreva a desafiar al sistema», dijo su directora regional para Asia, Yamini Mishra, en un comunicado.

«Esta legislación sólo sirve para que las autoridades aplasten cualquier opinión disidente, y pone a cualquier crítico en riesgo de cárcel. Los arrestos ilustran el amplio alcance de la ley», agregó.

Mientras, Pekín niega la mayor y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Hua Chunying dijo hoy que «es un sinsentido decir que los arrestos sean un castigo» y que «las medidas tomadas por la Policía hongkonesa son necesarias e indispensables».

Desde la entrada en vigor de la controvertida ley de seguridad se han sucedido numerosas redadas policiales y detenciones de activistas, ante lo que algunos de ellos han optado por exiliarse para tratar de evitar represalias por actividades que, bajo la nueva legislación, podrían ser constitutivas de delito.

Shirley Lau

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