Jartum.- La situación aún no ha vuelto a la normalidad en las calles de Sudán, donde prosiguen algunas movilizaciones y huelgas en protesta por el golpe de Estado militar de este lunes, mientras que otros dos líderes opositores han sido arrestados y el primer ministro depuesto, Abdalá Hamdok, no ha aparecido en público.
Al jefe del Gobierno civil disuelto por los militares se le permitió regresar la tarde del martes a su casa junto con su mujer, tras haber sido arrestado el día anterior por uniformados, pero de momento no se ha dejado ver ni ha emitido ningún comunicado.
Pocas horas después de su vuelta a casa, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró en su cuenta oficial de Twitter haber hablado con él por teléfono y haberlo hecho sobre «la lucha del pueblo sudanés por la democracia y la necesidad de volver a un liderazgo civil» en Sudán.
NUEVOS ARRESTOS
Por otra parte, la exministra de Exteriores sudanesa, Mariam Sadeq al Mahdi, aseguró hoy a Efe que su hermano y vicepresidente del partido opositor Al Umma, Al Sediq Sadeq al Mahdi, fue arrestado, al igual que un líder de la coalición opositora Fuerzas de la Libertad y el Cambio, Ismael al Taj.
Sadeq al Mahdi fue detenido después de que la exjefa de la diplomacia enviara ayer por la mañana un mensaje a sus homólogos en países africanos, árabes y occidentales informándoles de la desaparición de Hamdok, según informó el Ministerio de Información de su Gobierno.
Ese departamento ha estado informando de los desarrollos, a pesar de la disolución del Gobierno el lunes a manos de los generales, después de que detuvieran a Hamdok y otros ministros y representantes políticos cuyos nombres no han sido revelados y cuya situación legal no es clara.
DESOBEDIENCIA CIVIL
En Jartum, las principales calles y puentes sobre el río Nilo fueron reabiertas hoy por las fuerzas de seguridad y del Ejército, que limpiaron con maquinaria pesada aquellas vías que habían sido cortadas por los manifestantes, aunque el tránsito sigue siendo limitado, tal y como comprobó Efe.
Algunos comercios y farmacias reabrieron este miércoles, mientras prosiguen los llamamientos a la desobediencia civil por parte de la Asociación de Profesionales Sudaneses, un sindicato opositor que ha estado al frente de las protestas desde la revuelta contra el dictador Omar al Bashir, derrocado en abril de 2019.
El comité interino del sindicato de los trabajadores de la empresa estatal petrolera Sudapet anunció este miércoles que se sumaba a esa iniciativa «en apoyo a la decisión del pueblo de respaldar la transformación civil y democrática», según un comunicado difundido por la Asociación.
Asimismo, publicó imágenes de pequeñas protestas en las calles y huelgas de pocas decenas de trabajadores, y afirmó: «Los golpistas no nos gobiernan, abajo y punto. Con la huelga y la desobediencia civil global podemos (hacerles frente)».
Precisamente, las manifestaciones forzaron el cierre ayer del aeropuerto de Jartum, que fue reabierto este miércoles, tal y como informó a Efe una fuente del organismo de Aviación Civil que pidió el anonimato.
La fuente agregó que lo trabajadores del aeropuerto y los pasajeros no pudieron llegar al aeropuerto en los últimos dos días por los cortes de carreteras por parte de los manifestantes, por lo que las aerolíneas cancelaron sus vuelos desde y hacia Jartum.
El propio aeropuerto anunció que no se mantiene el cierre anunciado ayer hasta el próximo día 30, para cuando están convocadas multitudinarias manifestaciones en contra de los militares.
UN CONFLICTO REGIONAL
Lo que de momento sigue bloqueado es el puerto de Port Sudán, el principal del país en el mar Rojo, desde el pasado 17 de septiembre para presionar al Gobierno de Hamdok, a pesar de que su disolución era una de las demandas de un consejo tribal que ha obstruido en estas semanas la llegada de bienes desde la costa a la capital Jartum.
El secretario del Consejo Supremo de Beja, Abdulá Obshar, aseguró a Efe que continúa el bloqueo del puerto y la carretera que lleva a la capital para exigir que se cumplan el resto de las demandas relativas al acuerdo de paz firmado en 2020 para solucionar varias disputas históricas regionales, con el que este grupo no está conforme.
Obshar señaló que está esperando «una respuesta en 48 horas del comandante del Ejército, Abdelfatah al Burhan, para negociar sobre las demandas» que tiene el Consejo Supremo de Beja, cuya presión ha sido un elemento importante en la crisis que condujo al golpe de Estado.
La acción de los militares llegó el lunes tras un mes de tensiones entre el Gobierno civil y los uniformados a raíz de una intentona golpista frustrada, y el Gobierno afirmó hace unas semanas que se estaba creando un ambiente propicio para un golpe con inseguridad y la escasez de bienes.
Al Nur al Zaki EFE
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