Es común escuchar hablar de la calidad de la educación, más que como estrategia de mercadeo que como una realidad. Los subsistemas educativos, es decir, la Primaria, el Bachillerato no están sincronizados. El primero no forma al individuo para la secundaria y ésta tampoco para la universidad.

Esta falta de armonía se debe a que la currícula educativa es obsoleta y contiene una cantidad de asignatura que atomizan el conocimiento. Encontramos en Primaria asignatura que no le sirven al alumno para la secundaria ni para el trabajo. Son materias de cultura general.

¿Para qué le sirve la geografía y la historia a un alumno que termina el bachillerato y necesita trabajar?

En todos esos años(11) no aprendió computación ni sabe hacer un proyecto. No se le enseña a investigar. En once años cursa Matemática I,II y III. Igual ocurre con Castellano I,II y III y los alumnos no aprenden a razonar a comprender un contenidos. Aprenden de memoria y las notas de los pocos que aprueban oscilante entre cinco y seis puntos.

No todos los alumnos tienen competencias y habilidades para estudiar Medicina, Derecho y Economía que son las profesiones de mayor demanda sobre todo en las universidades públicas porque no hay una política educativa de estado que determine cuáles son los recursos humanos que necesita el país.   

Contrario sucede en Japón, Singapur e India, cuyos sistemas educativos hacen el mayor énfasis en Informática y Robótica, Matemáticas, Física y Química, a las cuales se les une Neurolinguística  y Estadísticas.

Adicionalmente, en estos países los docentes son excelentemente remunerados.

Un profesor universitario recibe una paga entre cuatro mil y diez mil dólares.

En Venezuela existen doscientos mil docentes, muchos no dominan las plataformas de la educación remota ni las instituciones los preparan, se  han ido del país cien mil profesores.

De acuerdo con declaraciones del Director de la Escuela de Educación  Universidad Católica Andrés Bello, Carlos Calatrava, la Escuela de Educación redujo los años de estudios de cinco ahora se estudiarán cuatro años; un Ciclo Básico de tres semestres y a partir del cuarto semestre se estudian tres menciones.

El nuevo pénsum de estudios eliminó Estadística e Investigación, varios docentes ordinarios fueron despedidos y se irán a otros países a ofrecer sus conocimientos. Durante y después de la pandemia muchos alumnos y profesores se fueron de país.  

Es lamentable que una universidad elimine del pénsum de estudios una materia tan importante para Educación y Comunicación Social que le da a los alumnos las herramientas para investigar; educadores y comunicadores  necesitan investigar. Igual la materia Estadística.

La educación remota no ha dejado gratas experiencias. No todos los docentes dominan las plataformas. El trabajo de los profesores se triplica porque tienen que atender a más de cincuenta alumnos cuando estos puedan conectarse por internet, a lo que se suma el problema de la gasolina que afecta a profesores y alumnos.

Por observación directa puedo afirmar que el trabajo es más complejo en el primer semestre por la falencia que traen del bachillerato los alumnos: no dominan lo básico de la lengua española, los docentes no tienen para comprar un libro, no leen, los alumnos no saben leer, desconocen lo elemental de las Matemáticas y de la Física.       

A estas calamidades educativas se agregan los paupérrimos sueldos del personal docente, administrativo y obrero; no existe cobertura permanente de internet, los docentes tienen que utilizar sus equipos de computación y celulares (los que tienen).

Los maestros y profesores de escuelas y universidades han iniciado unas jornadas de protestas pacíficas nacionales exigiendo sueldos que nos permitan una alimentación con proteínas y que podamos comprar libros actualizados.

Con este amplio menú de carencias y necesidades ¿a dónde va la educación venezolana? ¿Qué tipo de profesionales formamos?

Se necesita una reestructuración del sistema educativo venezolano. Existe el personal capacitado para consultarlo sobre qué hay que hacer. 

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