La inmigración es uno de los principales temas de debate político de cara a las elecciones a la Cámara Alta del Parlamento japonés de este 20 de julio, tras el auge de partidos minoritarios como Sanseito y el Partido Conservador de Japón que quieren endurecer las regulaciones sobre los residentes extranjeros para "proteger los derechos de los japoneses". EFE/Sara Rodríguez Pachón

La inmigración es uno de los principales temas de debate político de cara a las elecciones a la Cámara Alta del Parlamento japonés de este 20 de julio, tras el auge de partidos minoritarios que quieren endurecer las regulaciones sobre los residentes extranjeros para «proteger los derechos de los japoneses».

El tema ha irrumpido con fuerza en la campaña electoral impulsado principalmente por el avance de formaciones que promueven un discurso abiertamente xenófobo, y la narrativa que relaciona crimen e inmigración ha sido incluso adoptada en parte por el partido gobernante de Shigeru Ishiba.

Algunos partidos calificados de extrema derecha están ganando respaldo entre los votantes al presentar a los extranjeros como personas «que no respetan las leyes», dijo a EFE un hombre de 32 años residente en Tokio durante un mitin del Partido Conservador de Japón.

Estos partidos se valen de eslóganes simples pero contundentes como el de Sanseito: «Primero los japoneses», explicó a EFE el profesor universitario Jeffrey J. Hall, especializado en estudios japoneses en la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda.

Fundado en 2020, Sanseito ha hecho un uso intensivo de redes sociales como X y YouTube para difundir teorías conspirativas y desinformación xenófoba, señaló Hall, quien destacó que esto les ha permitido construir una base de seguidores a nivel nacional y ganar votantes en un contexto de inflación y de expectativas de subidas fiscales que genera descontento social.

Su líder, Sohei Kamiya, ha afirmado que la globalización es «la razón de la pobreza de Japón», asegurando que los extranjeros están comprando tierras y acciones de empresas japonesas, y que el número de trabajadores foráneos ha crecido excesivamente.

Por su parte, el exnovelista y líder del Partido Conservador de Japón, Naoki Hyakuta, mantiene que los trabajadores extranjeros «faltan el respeto a la cultura japonesa, ignoran las normas, agreden a los japoneses y roban sus pertenencias».

El auge de estas posiciones se ve amplificado por las redes sociales, donde es habitual encontrar mensajes de rechazo hacia los extranjeros, difundidos por jóvenes y adultos que optan por informarse a través de medios digitales en lugar de los tradicionales.

«Las cadenas de televisión japonesas están legalmente obligadas a mantener neutralidad política durante las elecciones, por lo que su cobertura suele ser bastante aburrida. En cambio, los canales de YouTube muestran un sesgo político extremo y pueden obtener gran cantidad de visualizaciones cuando promueven mensajes sensacionalistas contra los extranjeros», contó Jeffrey J. Hall.

El partido de Ishiba aviva el debate migratorio

El Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro Ishiba promovió durante el mandato de Shinzo Abe (2012-2020) políticas que incrementaron la llegada de inmigrantes a Japón por considerarlos necesarios para cubrir vacantes en algunos sectores clave.

Sin embargo, las encuestas muestran que los japoneses son reacios a la inmigración masiva y culpan a este partido conservador por el aumento de la población extranjera y la llegada multitudinaria de turistas que experimenta Japón.

«Hay demasiados (extranjeros)», destacó una mujer de 46 años que antes apoyaba al PLD pero que ha dejado de hacerlo porque «desde que murió Abe ha cambiado mucho».

Ante esta situación, y en línea con otras formaciones conservadoras a escala global, el PLD ha desplazado su postura migratoria hacia la derecha con la intención de contener el avance de los partidos ultras, según Hall.

En las últimas semanas, el portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshimasa Hayashi, ha dicho que es «imprescindible» contar con trabajadores foráneos «para lograr un crecimiento económico», aunque precisó que algunos extranjeros «cometen crímenes y actos molestos, y se aprovechan de los sistemas públicos de forma no adecuada, causando preocupación y un sentimiento de injusticia en la sociedad, por lo que es un tema prioritario para las políticas de Japón».

Como parte de esa estrategia, el Gobierno japonés puso en marcha este martes una oficina especial dentro de la Secretaría del Gabinete para abordar «cuestiones» relacionadas con los residentes extranjeros y canalizar las preocupaciones de la ciudadanía, incluidas las alegaciones sobre tasas de criminalidad desproporcionadamente altas y supuestos abusos del sistema de la seguridad social.

ONGs denuncian los mensajes xenófobos

Ocho organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos de los extranjeros y de los refugiados han denunciado que varios partidos han incluido en sus campañas electorales mensajes xenófobos como «cero extranjeros ilegales» o «Japón primero», dijeron en una rueda de prensa el pasado 8 de julio.

Estas entidades afirmaron que los extranjeros no reciben un trato preferente en Japón y calificaron esos mensajes de ser falsos y sin fundamento.

En la declaración conjunta emitida ese día, hicieron un llamamiento a los partidos políticos y a sus candidatos para frenar sus campañas electorales basadas en la xenofobia.

Los comicios a la Cámara Alta del domingo son de especial trascendencia para el Partido Liberal Democrático, que busca retener la mayoría que ostenta con su socio, Komeito, tras la derrota en la Cámara Baja del pasado octubre.

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