Un grupo internacional de investigadores ha dado un paso sin precedentes en los estudios bíblicos al desarrollar una metodología basada en inteligencia artificial (IA) y modelización estadística capaz de identificar las autorías detrás de algunos pasajes de la Biblia.
El hallazgo, publicado en PLOS ONE, combina lingüística computacional con arqueología para analizar textos de hasta 2.800 años de antigüedad.
De inscripciones en cerámica a los textos sagrados
La iniciativa surgió en 2010 cuando la matemática Shira Faigenbaum-Golovin y el arqueólogo Israel Finkelstein intentaron descifrar inscripciones sobre fragmentos de cerámica, explica DW en Español.
El éxito de esa colaboración dio lugar a una investigación más ambiciosa: aplicar el mismo método a la Biblia hebrea, en particular a los primeros nueve libros, conocidos como Eneateuco.
Tres estilos, muchas manos
El análisis se centró en 50 capítulos representativos de tres tradiciones bíblicas: el Deuteronomio, la Historia Deuteronomista (de Josué a Reyes) y los Escritos Sacerdotales (como Génesis y Levítico).
Los investigadores usaron un algoritmo que detecta patrones en palabras comunes como “rey”, “que” o “no”, revelando estilos autorales distintos.
Hallazgos que reescriben hipótesis
En el 84 % de los casos, la IA coincidió con las evaluaciones de expertos sobre la Biblia. Pero también arrojó sorpresas, como demostrar que partes de la Narrativa del Arca, atribuidas tradicionalmente a un mismo autor, fueron escritas por personas diferentes.
Asimismo, textos como el Libro de Ester o pasajes sobre Abraham parecen ajenos a las tres corrientes principales, lo que sugiere redacciones posteriores o independientes.
Un futuro prometedor para el análisis textual
Finalmente, el método no solo confirma teorías existentes, sino que ofrece nuevas herramientas para estudiar textos antiguos. Faigenbaum-Golovin y su equipo prevén aplicarlo a los Rollos del Mar Muerto y otros documentos históricos.
Según los expertos, esta simbiosis entre humanidades y ciencia inaugura una nueva era para la investigación textual.
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