De acuerdo con el presidente del Instituto Venezolano de la Leche y Carne (Invelecar), Carlos Albornoz, practicamente el 80% de la leche que se produce en Venezuela se transforma en queso duro para rallar.

El gremialista explicó que mucha de la leche que se iba a la industria de quesos procesados o quesos filados (telita, guayanés o de mano) han cedido espacios por temas de transporte, incrementándose así el desarrollo del queso duro blanco, segùn reseña el portal Banca y Negocios.

Aunque hay un bajo consumo de leche per cápita de unos 50 litros al año, cuando debería ser el doble, sigue en los hogares venezolanos un alto de consumo del queso blanco duro”, mencionó Albornoz.

Este escenario se traduce a que exista un superávit de leche, con una producción de apenas de tres millones de litros al día; y también cuando empiezan las lluvias desde mayo hasta noviembre, donde hay un pico de producción, “que ojalá pudiera ser resuelto con una exportación de quesos”.

“Eso crea un cuello de botella que hace que el queso duro baje de manera dramática y los productores prácticamente trabajen a pérdida. Por eso vemos algunas protestas donde se exige un precio mínimo de producción no menor a US$2 por kg”, manifestó en entrevista para Fedecámaras Radio.

Según Albornoz, en el país hay alrededor de 10.840.000 reses, que en comparación con el año 2019, se refleja una pequeña recuperación debido a la dolarización del negocio en el país.

De esta forma, el contrabando disminuyó y empezó a recuperarse el rebaño, que pasó de 9.300.000 reses a los 10.800.000, en año y medio.

Cerca de 25.000 toneladas de alimentos sólidos y tres millones de litros diarios de leche “se han perdido semanalmente por la dificultad de traslado”, según Juan Carlos Montesinos, abogado y presidente de la Asociación Venezolana de la Agricultura Familiar (AVSF).

Banca y Negocios

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