El Ejército israelí anunció este lunes que ha alcanzado unos 300 objetivos del grupo libanés Hizbulá en sus ataques de las últimas horas, después de pedir a los ciudadanos de Líbano que se alejaran de todos los edificios utilizados por los chiíes para almacenar armamento.
Las fuerzas armadas publicaron además una fotografía del jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, aprobando los ataques de hoy desde la base militar de Kirya, en Tel Aviv.
Al menos una persona murió y otras 20 resultaron heridas este lunes en una campaña de bombardeos israelíes contra decenas de áreas del sur y el este de Líbano, en medio de una fuerte escalada del fuego cruzado entre Israel y Hizbulá.
A las afueras de la ciudad nororiental de Hermel, en la frontera con Siria, los bombardeos acabaron con la vida de una persona e hirieron a seis más, dos de las cuales permanecen ingresadas en la Unidad de Cuidados Intensivos, informó el Ministerio de Salud Pública del Líbano en un comunicado.
Por otro lado, el Centro de Operaciones de Emergencia en el departamento gubernamental anunció que también resultaron heridas otras once personas en Aitaroun (sur), una de ellas de gravedad, y otras tres en Ainata (sur).
La intensa oleada de bombardeos afectó a un gran número de puntos del sur del país, incluidos unos 80 ataques concentrados en la región de Nabatieh, y también golpeó varias zonas del oriental valle de la Bekaa, alejado de la divisoria común, según la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN).
Poco antes, las fuerzas israelíes acusaron a Hizbulá de convertir el sur de Líbano en un campo de batalla, utilizando infraestructura civil para almacenar misiles, cohetes y drones, y explicaron que sus ataques buscan a «degradar» estas capacidades.
En plena escalada, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, mandó un aviso a los civiles israelíes, y dijo que «el público deberá mostrar compostura, disciplina y una obediencia total» a las órdenes del Ejército.
«La diferencia entre el éxito y el fracaso dependerá de que los civiles entren en los refugios y otras áreas de acuerdo con las instrucciones que reciban. Esto salva vidas», dijo el ministro durante una reunión para evaluar la situación de seguridad en el interior del país.
Norte de Israel
A pesar de la escalada, las directrices militares para la población civil no han cambiado y, de momento, solo hay restricciones en el norte de Israel, donde están prohibidas las reuniones en exteriores de más de 10 personas y en interiores de más de 100 personas; las escuelas y las playas están cerradas; y los lugares de trabajo deben desarrollar su actividad cerca de refugios antiaéreos.
En una rueda de prensa este lunes, un alto cargo militar israelí explicó que, de momento, el país se está centrando en una campaña aérea contra Hizbulá, sin que haya previstas por ahora movilizaciones de tropas.
Gallant aseguró ayer que Hizbulá está «empezando a sentir» las capacidades ofensivas israelíes después de una semana de ataques en Líbano que se han cobrado la vida de decenas de sus combatientes.
El ministro explicó que Israel seguirá atacando hasta que logre devolver a sus hogares a los 60.000 residentes del norte del país que viven evacuados por el constante intercambio de fuego en la frontera, y dejó claro que las fuerzas israelíes harán todo lo que sea necesario para lograr este objetivo.
La situación hace temer el estallido de una guerra abierta en la región, pese a que Hizbulá ha reconocido no querer llegar a ese punto e insistido en que sus ataques contra el norte de Israel cesarían de lograrse un acuerdo de alto el fuego en Gaza.
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