Roma.- La economía italiana perderá 180.000 millones de euros en 2020 y de estos 110.000 serán consecuencia del turismo, el sector más dañado por la crisis del coronavirus, afirmó este lunes el recién elegido nuevo presidente de la patronal italiana, Carlo Bonomi.

«Como país perderemos 180.000 millones de PIB y de estos más de 110.000 millones serán del turismo», explicó el presidente de la Confederación General de la Industria Italiana (Confindustria) en su primer encuentro telemático con medios internacionales en Italia.

Apuntó a que el turismo se ha visto seriamente penalizado por las cancelaciones masivas y las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno de Giuseppe Conte para frenar la propagación de la pandemia, y dijo que es fundamental la reactivación de este sector para que contribuya a la recuperación del país, pues representa el 13 % del producto interior bruto (PIB).

Según la patronal, más de 40.000 empresas del sector están en riesgo de quiebra por pérdida de solidez financiera derivada de la crisis de la COVID-19.

De momento, el Gobierno italiano ha aprobado un paquete de ayudas de hasta 4.000 millones de euros para el turismo, que incluye subvenciones de 500 euros a familias con ingresos de hasta 40.000 euros anuales para gastar este año en hoteles del país.

Estas ayudas al turismo se enmarcan dentro de los dos paquetes de estímulos de hasta 80.000 millones que ha impulsado el Ejecutivo desde marzo para apoyar a familias y empresas, al que se ha sumado un esquema de garantías públicas de hasta 400.000 millones de euros en créditos para empresas.

Estas ayudas han hecho que Roma dispare el déficit para 2020 al 10,4 % del PIB y de deuda, por encima del 155 % del PIB, y aún así la economía se contraerá un 8 %.

«Por desgracia, somos un país que tenemos un déficit estructural muy importante. O se pone remedio o en 2021 tendremos problemas importantes», ha dicho Bonomi, al tiempo que ha subrayado que la deuda italiana es una «gran preocupación» porque no ha dejado de crecer en los últimos años y puede llegar a ser «insostenible» si no se reduce.

Para salir de esta crisis, el Ejecutivo italiano ha convocado estos días lo que ha llamado «Estados Generales de la economía», una reunión en la que participan Gobierno, los agentes sociales y también economistas y figuras institucionales, pero que no termina de convencer a la patronal y ante la que Bonomi pidió concreción y decisiones.

Dijo que por ahora la política está haciendo anuncios y no hechos y pidió al Gobierno políticas concretas de recuperación y que detalle cómo va a utilizar los recursos recibidos de la Unión Europea (UE).

Italia ya ha avanzado que pedirá las ayudas procedentes del Fondo de Recuperación, propuesto por la Comisión Europea y pendiente de aprobación por parte de la UE, y también las del fondo contra el paro SURE y las del Banco Europeo de Inversiones, pero no ha decidido si acudirá al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que tanta polémica genera en el país.

En clave europea, Bonomi apostó por las fusiones empresariales para crear «gigantes» que compitan contra China, Rusia y Estados Unidos, y aplaudió las ayudas europeas al sector de la aviación, como las del Gobierno alemán a Lufthansa, pero no así las de Italia a Alitalia, en concurso de acreedores desde mayo de 2017 y sin beneficios desde 2002.

«En momentos de crisis son necesarios instrumentos públicos que intervengan, una cosa es inyectar dinero y dejar la gestión a privados, como en Lufthansa, porque no había un problema de gestión, sino de crisis por COVID-19; y otra es Alitalia, que carece de un proyecto industrial», sostuvo.

Finalmente, fue preguntado por la polémica generada en el país sobre si los responsables políticos recibieron presiones por parte de los empresarios para no aislar y detener la producción en la provincia de Bérgamo (norte), de las más azotadas por el coronavirus, cuestión por la que el primer ministro testificó el pasado viernes ante la Fiscalía.

Bonomi se limitó a condenar la gestión del Gobierno y dijo que este anunció de forma improvisada el cierre de Lombardía y otras once provincias el domingo 8 de marzo, de madrugada, lo que causó pánico y que miles de ciudadanos huyeran en trenes hacia el resto del país, lo que podría haber propagado la pandemia.

 

EFE

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