Japón enciende por primera vez su reactor de fusión JT-60SA, una máquina capaz de crear plasma estable para proyectos de física, el más grande y novedoso a nivel global, siendo una estructura de cuatro pisos que conserva el calor a más de 200 millones de grados celsius por 1 minuto y 40 segundos, más tiempo que el promedio.

El director de proyectos de “Fusion for Energy”, Sam Davis, tras ver que JT-60SA cumplía con su función básica, afirmó que fue un hito para la tecnología, significando que el equipo de Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología Cuánticas (QST) de Japón ha progresado. 

Estiman que deberán esperar al menos 2 años para que la máquina pueda crear plasma que perdure para su implementación en pruebas de física, este dato fue arrojado por el jefe del proyecto de QST, Hiroshi Shirai.

JT-60SA funciona a través de bobinas superconductoras que usan campos magnéticos para mantener nubes hirvientes de plasma en un contenedor en forma de dona, este proceso estimula a los átomos de hidrógeno para que se unifiquen y extiendan su energía. 

Ante estos avances, se espera que el equipo QST apoye en el proyecto ITER, un enorme reactor de fusión internacional, ubicado en Francia, que continúa en construcción. ITER logrará fundamentarse en los conocimientos y procesos adquiridos sobre el JT-60SA. 

ITER forma parte del pacto entre Japón y la UE durante el 2007, donde se buscaba el desarrollo del reactor japones JT-60, que era la mayor fuente de estudio en 1980. 

El JT-60SA mide más de 15 metros de alto, que es la mitad de la altura de ITER, teniendo una capacidad de 135 metros cúbicos de plasma, siendo un pequeño porcentaje en comparación de ITER. 

Este proyecto también tiene como finalidad investigar la estabilidad del plasma, además de sus efectos en la producción de energía, datos que son necesarios para la ejecución del ITER, declaró el líder del grupo científico de ITER, Alberto Loarte. 

El plan inicial era activar el reactor JT-60SA en el año 2016, sin embargo, se presentaron diversos obstáculos como problemas de importación, rediseños, terremotos y cortocircuitos, alargando el proyecto 15 años más. 

El único limitante del reactor de fusión es su dependencia del hidrógeno y su átomo deuterio para los ensayos, además de no considerar al tritio, otra forma de hidrógeno que es más radioactivo, costoso y escaso. A pesar de ser caro, el tritio es muy efectivo para producir energía, sería así la opción como combustible para ITER en 2035. 

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