«No habrá paz sobre la base del temor», alerta Camilo González, jefe negociador del Gobierno colombiano con el Estado Mayor Central (EMC), en una semana en que fueron detonados dos carros bomba contra la Policía en el suroeste del país.
González afirma en una entrevista que, una situación como la actual no se puede manejar con «desesperación» para evitar que «un petardo o una nueva situación nos prohíba llegar a la ruta de la paz».
El martes, las dos partes anunciaron en el departamento del Cauca que el 8 de octubre será instalada la mesa de diálogo y ese mismo día arrancará un inédito cese el fuego de 10 meses, pero menos de 24 horas después, un carro bomba mató a dos personas y dejó cinco heridos en el caserío de Timba y este viernes otro dejó cinco heridos en Jamundí.
«Hay que permitirle al país una pausa y un periodo de búsqueda de un acuerdo de paz», responde González al ser preguntado por los recientes ataques.
A su vez que recordó que hasta el 8 de octubre no arranca el cese el fuego y «en este periodo como no hay pacto se puede esperar cualquier cosa, desafortunadamente».
Su esperanza es que «se vaya disminuyendo la intensidad para llegar al 8 de octubre en mejores condiciones».
«Yo creo que va a haber un cambio en la situación, va a haber un alivio para la población que contrasta con lo que está pasando en estos días de incremento de conflictos, de guerra, de atentados, de operaciones ofensivas y defensivas, situaciones de mucho impacto para las comunidades», afirma el jefe negociador.
Especialmente porque, asegura, «no hay diálogo si la gente va al diálogo con un fusil en la espalda».
Cese el fuego
No es el primer cese el fuego que Gobierno y EMC logran. Desde enero hasta junio estuvo vigente uno que rompió el Gobierno después del asesinato de cuatro indígenas por parte de la guerrilla.
En esta ocasión, explica, «se está construyendo un mecanismo de verificación y monitoreo, y unas reglas del juego y compromisos que van a servir para disminuir infracciones».
A ambas delegaciones les pareció «sensato» el «tener más tiempo para que realmente se haga algo más que verificar si hay disparos o no, que muchas veces en estos periodos de cese el fuego tan cortos se nos va la mitad del tiempo montando mecanismos de revisión y en acusaciones de sí se violó o no».
Por eso decidieron establecer 10 meses, para mostrar «que es posible construir y que es mucho mejor construir en cese el fuego y no con el ruido de los fusiles».
Para este cese de hostilidades se utilizará el mecanismo ya instalado para el anterior, pero «fortalecido» para que haya «formas de diálogo directo y muchos puntos locales».
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