Washington.- El presidente de EEUU, Joe Biden, defendió el martes 31 de agosto su decisión de sacar a más de 120.000 personas de Afganistán, entre ciudadanos estadounidenses, personal militar, aliados y afganos para dar fin a una guerra de 20 años al decir que a pesar de las críticas, era el «momento» de hacer la retirada y dar por terminado el conflicto bélico más largo en la historia del país norteamericano.

En su primera alocución tras la decisión de retirarse de Afganistán, Biden expresó su negativa de dar largas al enfrentamiento al menos por otros 10 años. «No iba a extender esta guerra para siempre  Y no iba a extender una salida para siempre», dijo Biden desde la Casa Blanca.

Joe Biden enfatizó que no cree que la seguridad de EEUU vaya a mejorar porque se sigan desplegando tropas en ese país y se gastan millones de dólares en la operación militar.

Insistió en que el 90% de los estadounidenses que quisieron salir de la nación asiática lo pudieron hacer y resaltó que para los estadounidenses que aún están allí y deseen salir, «no hay fecha límite» para hacerlo porque su administración está comprometida a realizar su extracción de Afganistán «si quieren hacerlo».

Antes del ataque del jueves 26 de agosto, el ejército de EEUU no había sufrido bajas en combate desde febrero de 2020, cuando la administración Trump negoció su acuerdo con los talibanes para poner fin a la guerra en mayo de este año.

Biden dijo que romper el acuerdo con Trump habría reiniciado una guerra de disparos. Aseveró que quienes están a favor de permanecer en guerra tampoco reconocen el peso del despliegue, con un flagelo de trastorno de estrés postraumático, luchas financieras, divorcios y otros problemas para las tropas estadounidenses.

Aprovechó para notificar que «no es viable» que permanezca una pequeña presencia militar de EEUU en Afganistán para apoyar al Gobierno depuesto porque «todo cambió» cuando Donald Trump hizo un trato con los talibanes.

«Presumimos que más de 300.000 miembros de las Fuerzas de Seguridad afganas, a las que entrenamos y equipamos durante las últimas dos décadas, serían un duro adversario en la guerra civil contra los talibanes», reconoció. «Esa asunción, que el Gobierno afgano sería capaz de mantenerse durante un tiempo -durante la reducción de la huella militar- resultó no ser correcta».

Biden encomendó al secretario de Estado, Antony Blinken, que coordine con socios internacionales para hacer que los talibanes cumplan su promesa de un pasaje seguro para los estadounidenses y otros que quieran irse en los próximos días.

«No los tomamos solo por su palabra, sino por sus acciones», dijo Biden. «Tenemos influencia para asegurarnos de que se cumplan esos compromisos».

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