Madrid.-Cuando la escritora estadounidense Kami García era niña su madre le hizo un disfraz de «Wonder Woman» que usó «todo el tiempo», una suerte de piel que nunca abandonó y que le ha dado el superpoder de actualizar este universo con títulos como «Jóvenes Titanes: Raven», serie creada en 1980 por Marv Wolfman.
«¡’Súper Woman’ era tan poderosa! Me encantó verla enfrentarse a los hombres y dominarlos o burlarlos. Cuando era niña no veía a muchas mujeres peleando porque por lo general eran las rescatadas por los hombres», cuenta a Efe García (Washington D.C. 1972), con motivo del lanzamiento en España de este cómic (Hidra Editorial) dirigido al público joven.
Una serie en la que los protagonistas son unos adolescentes superhéroes, una pandilla que se ha convertido en una de las favoritas de los lectores más jóvenes del Universo DC.
Por eso cuando esta editorial le propuso revisar a este personaje femenino ella no lo dudó, sobre todo cuando contó con el beneplácito de su creador, Marv Wolfman, quien le dijo que para contar esta nueva aventura de Raven hiciera «caso a su instinto» y se «adueñara» del personaje.
Y le fue fácil porque, pese a que era su debut en el mundo del cómic, García «siempre» ha «amado» a Raven: «ella es una inadaptada y una extraña. Me identifico con eso. Siempre me sentí diferente cuando era adolescente».
Dos adjetivos que lleva a gala Raven en esta nueva aventura, porque se trata de una historia en la que esta joven descubre su superpoder, y un pasado que, como si de un saco pesado se tratara, ha arrastrado durante toda su existencia. Ahora llega el comienzo de una nueva vida en la que se encuentra con otros como ella que luchan contra el mal, encarnado en un demonio con el que le unen fuertes lazos familiares.
Una fuerza maligna que la detiene, pero que a la vez la impulsa a luchar por el bien, una realidad que la atormenta, como le sucede a otros superhéroes de la factoría DC como Batman.
«Raven tiene un lado oscuro, al contrario que ‘Wonder Woman’ y ‘Superman’, que son héroes buenos hasta la médula. Ella tiene más en común con Batman porque él también tiene demonios internos», reflexiona la autora de esta obra que ha realizado junto al dibujante Gabriel Picolo.
Un sufrimiento que ella usa para mostrar valores como el de la superación, el de que si se quiere se puede, o el de la tolerancia con el diferentes. Porque está convencida de que «nadie es completamente feliz todo el tiempo en la vida real».
Así, para García «es poco probable que encuentre un héroe realista que esté feliz todo el tiempo»: «me interesan más los personajes que son complicados. Los superhéroes parecen más grandes que la vida, por lo que cuando los mostramos enfrentándose a desafíos difíciles, o tomando decisiones difíciles, se establece un ejemplo para el resto de nosotros», matiza.
Profesora durante 17 años, la estadounidense es también cofundadora del «YA Lit book festival» y coorganizadora del «Creators4Comics» porque, y como deja claro en sus obras, «leer cómics y novelas gráficas ayuda a los niños a desarrollar vocabulario, comprensión y habilidades de pensamiento crítico».
Capacidades que ella domina, aunque si de un superpoder hablamos, a García le gustaría dominar la «telequinesia», el poder de mover cosas con la mente.
Eso sí, no se trata del más poderoso de los poderes porque, según puntualiza, para ella el mayor es el de «controlar a otras personas y su voluntad». «Sería realmente poderosa», concluye.
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