La junta golpista en Níger ha reforzado el dispositivo militar y de seguridad coincidiendo con la expiración anoche del ultimátum que dio la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) a los militares para restablecer el orden constitucional bajo la amenaza de una acción militar.
La expectación de la población es máxima este lunes en la capital nigerina, Niamey, en un día marcado por la lluvia -que suele retrasar durante pocas horas la circulación habitual-, mientras se observa un reforzamiento del dispositivo de seguridad en las principales infraestructuras de la ciudad, según pudo constatar EFE.
Después de que la junta militar, autoorganizada en el Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP), anunciara anoche un nuevo cierre de su espacio aéreo y acusara a la Cedeao de completar la «planificación de la guerra» contra Níger, todas las tiendas cerraron en la capital y la gente entró en sus casas un poco antes de la medianoche ante la preocupación por un eventual ataque militar del bloque regional.
Una fuente del aeropuerto internacional de Niamey explicó a EFE que los militares reforzaron desde ayer la seguridad alrededor del establecimiento y añadió que se marchó el personal civil del lugar y se apagó anoche el sistema de iluminación en las pistas de aterrizaje.
La junta golpista advirtió anoche en un comunicado leído en la televisión pública que cualquier violación de la medida del cierre de la frontera aérea tendrá una respuesta «enérgica» e «instantánea».
En otros dos sucesivos comunicados, los golpistas acusaron a la Cedeao de haber completado «la planificación de la guerra» contra su país y afirmaron que dos países de África central empezaron con un predespliegue de sus tropas, sin decir cuáles.
La junta avisó que «sigue con atención los preparativos de esta guerra por delegación». Asimismo, acusó a «una potencia extranjera» -sin citarla- de preparar «una agresión» contra su país en coordinación con la Cedeao.
¿QUÉ VA A PASAR TRAS EL ULTIMÁTUM DE LA CEDEAO?
La tensión en la región de África Occidental es alta desde el vencimiento de la medianoche de ayer del ultimátum lanzado a los golpistas por la Cedeao, que aunque ha señalado que la eventual intervención es su “último recurso”, los jefes militares de diez de los quince países que forman el bloque regional aseguraron el pasado viernes haber preparado todos los detalles para usar la fuerza en Níger.
No obstante, la opción militar divide a los países del continente africano e incluso a los miembros de la propia Cedeao. Por el momento, los gobiernos de Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal han confirmado de una manera clara la disponibilidad de sus ejércitos para intervenir en territorio nigerino.
En el otro extremo, Mali y Burkina Faso, países cercanos a Moscú y gobernados por juntas militares, se oponen al uso de la fuerza y alegan que cualquier intervención en Níger equivaldría a una declaración de guerra también contra ellos. También se han opuesto a la intervención Guinea-Conakri, Argelia y Chad.
Níger, entre los países más pobres del mundo y que sufre en los últimos tiempos crisis de seguridad con el alto activismo de grupos yihadistas, padece desde el pasado 26 de julio de inestabilidad política tras el golpe de Estado perpetrado por el CNSP que destituyó al presidente, Mohamed Bazoum, y suspendió la Constitución.
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