La ucraniana Anhelina Kalinina superó este viernes a la rusa Veronika Kudermetova en dos sets, por 7-5 y 5-7 y 6-1, y espera ya rival en la final del WTA 1.000 de Roma, su primera en un torneo de esta categoría en su carrera, en el que la gran favorita, la polaca Iga Swiatek, causó baja por una lesión en su muslo derecho.
Que Swiatek, la número uno del circuito, tuviera que abandonar Roma abrió un abanico de posibilidades para levantar el entorchado en la capital italiana en la que se disputa el torneo previo a Roland Garros.
En ese abanico de posibilidades se ha colado de manera sorpresiva una Kalinina que llegó como cabeza de serie número 30, como número 47 del circuito y que acabó durante el torneo con la participación de la brasileña Beatriz Haddad Maia o de la estadounidense Madison Keys, favoritas en cada encuentro contra una ucraniana que resistió y que ahora peleará en la final, de nuevo sin portar el cartel de favorita, contra la kazaja Elena Rybakina o la letona Jelena Ostapenko, verdugo de la española Paula Badosa.
Lo hizo con una trabajada victoria de casi tres horas de duración. En el primer set, la igualdad y las ganas de sellar el pase a la final se hicieron notar desde el principio. La ucraniana pudo romper en el tercer juego, pero Kudermetova rescató una bola de ‘break’; se intercambiaron entonces los papeles y fue Kalinina la que tuvo que salvar ter bolas de rotura en el siguiente juego para mantener la paridad (2-2) y otras cinco en el sexto con el mismo objetivo (3-3).
Fue entonces cuando Kalinina reaccionó y pasó de estar contra las cuerdas en sus dos saques previos a quebrar con un juego en blanco. Certificó el ‘break’ con su servicio (5-3) y encaminó un set que se le complicó después de que Kudermetova se recompusiera con una rotura para poner el empate a cinco que, eso sí, no pudo confirmar con su saque y que le condenó a jugárselo todo en el segundo envite.
Y le salió bien a la rusa, porque consiguió alargar el partido a un tercer set. Todo después de volver a estar por debajo en el marcador, aunque en esta ocasión si pudo remontar. Pasó de ceder su servicio en el quinto juego y colocarse 2-4, a hacer cuatro juegos seguidos y rubricar el 7-5 con una gran versión desde el fondo de la pista y desde el saque que llevó el partido al tercer set.
Una tercera manga en la que no hubo debate. Kalinina no se amilanó ante la favorita y apagó la reacción de la rusa desde el cominezo con dos ‘breaks’ seguidos con los que se puso 4-0 arriba. La victoria no se le escapó de las manos a la ucraniana, muy superior en esta fase final del encuentro, algo que le dio acceso a la primera final de WTA 1.000 de su carrera, en la que ya espera rival.
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