“Siete años no es nada” es lo que le dicen a esta mujer que tiene como proyecto de emprendimiento la venta de golosinas y agua potable en una de las paradas con el mayor número de pasajeros que convergen en el cruce de la carrera Mariño con la avenida Guayana de San Félix.
Karina Rodríguez, tiene dos hijos, abuela y sus padres bajo su responsabilidad, ella es la única que produce para llevar el pan a la casa; sus hijos estudian, su abuela es una anciana y sus padres de la tercera edad.
Antes que la Dirección de Transporte y Tránsito de la Alcaldía de Caroní, estableciera como estación de carga, a un lado de la salida de la calle Mariño, cruce con la avenida Guayana, ya ella vendía golosinas en este sitio.
“Son siete personas que debo alimentar. Llegó a la parada antes de la 9:00 de la mañana y culminó pasadas las 7:00 de la noche, todos los días y descanso, algunas veces mi esposo me ayuda en algunas oportunidades”, comentó la vendedora informal.
Explica que una vez que se estableció la parada de los autobuses del transporte público, el flujo de personas es constante y con las ventas ha podido subsistir a la crisis del país.
También, en algunos momentos Economía Informal de la Alcaldía de Caroní, la han desalojado, sin embargo, se las ingenia y nuevamente regresa a su sitio de trabajo.
Rodríguez dice que sabe que debe estar legalmente autorizada para vender golosinas en esta área, “pero los funcionarios de la municipalidad tienen que conocer la situación que vivimos en los actuales momentos, con un salario mínimo no se puede mantener a siete bocas, muchos menos se consigue empleos”.
Como emprendedora tiene esperanzas que las cosas mejoren en el país y “que todos podamos tener oportunidades y mejorar nuestra calidad de vida, también la de nuestros hijos”, concluyó.
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