Indonesia.- El Cinturón de Fuego del Pacífico es la zona con más actividad sísmica del planeta. Cualquier persona pensaría que es un lugar inhóspito, y aun así justo en el centro de esta falla se erige Indonesia, un pequeño país formado de varias islas y 400 volcanes de los cuales 143 permanecen activos, 65 son considerados peligrosos y uno en particular saca de sus entrañas fuego color azul.

Kawah Ijen: un volcán azul en Indonesia

Al oriente de la Isla Java se encuentra Kawah Ijen; un imponente volcán de 2,386 metros de altura y un cráter de 20 kilómetros de diámetro. Sin embargo, no es su tamaño lo que atrae a miles de viajeros, sino el sorprendente lago azul turquesa que está en su interior y que todas las noches expulsa un líquido bioluminiscente.

Este color se debe a la gran cantidad de azufre que hay en su interior, el cual alcanza temperaturas de más de 600 grados, una cantidad superior al punto de ignición de este elemento que es de 360 grados. Por esta razón, dicho azufre es expulsado en forma de gas y luego se convierte en líquido cuando entra en contacto con la atmósfera.

El área cordillerana de la Región del Maule guarda un sinnúmero de bellezas y atractivos naturales, siendo una de sus características principales la notoria actividad volcánica que ha marcado a fuego la morfología de campos y valles de la zona. Es por este motivo que no es de extrañar que las más llamativas cimas de los Andes maulinos correspondan a volcanes como el Descabezado Chico, Descabezado Grande, San Pedro y el Azul, todos los cuales se elevan por sobre los 3000m.

Fácilmente distinguible en el horizonte maulino desde el valle central (carretera Panamericana, por ejemplo), se eleva el Azul, volcán activo del tipo estratovolcán, compuesto por flujos de lava andesitas-basálticas y en menor grado por flujos dalíticos y riodalíticos, débilmente afectados por la erosión glaciar. Ubicado inmediatamente al sur del volcán Descabezado Grande, posee un amplio cráter tapado de nieves eternas cerca de su cima, que tiene un diámetro de aprox. 500m y que se abre hacia el norte.

Un volcán y una mina de azufre

Estos ríos sulfurosos desembocan en un lago de un kilómetro de diámetro que se encuentra al interior del cráter del volcán. Con el paso del tiempo, este líquido ha adquirido un color turquesa. Por otro lado, aunque el lago es tóxico y las personas no pueden sumergirse en él, no ha sido motivo para que aventureros lleguen durante el verano para ver el fenómeno geológico.

Más allá de la belleza y rareza del lugar, la gran cantidad de azufre ha convertido a este sitio en una mina donde los locales extraen el codiciado mineral en una canasta de bambú.

Una de las características del volcán Azul son sus numerosos conos basálticos que pueden ser encontrados en sus faldas. Entre ellos, dos pequeños conos al suroeste (con pequeños cráteres en sus cimas), denominados Los Hornitos, dieron origen con sus flujos de lava a la laguna de La Invernada, embalsamando las aguas de río Los Cipreses.

En cuanto a su actividad eruptiva, en 1846 el volcán entró en erupción abriéndose por su flanco norte (primer registro histórico que se tiene), expeliendo cenizas y flujos de lava que cubrieron tanto el valle del Blanquillo hacia el oeste como el valle del Barroso hacia el este. Esta erupción formó el volcán parásito Quizapu, el cual posteriormente ha entrado en erupción numerosas veces.

La erupción más famosa ocurrió en 1932, cuando el el Quizapu expelió 9,5km³ de material, convirtiéndose en una de las mayores erupciones a nivel mundial del siglo XX, y en la mayor en Chile durante ese período. El cráter del Quizapu alcanza actualmente los 3250m en su punto más alto, tiene 700m de diámetro y una profundidad de 150m. La última erupción del volcán Azul, a través del Quizapu, ocurrió en 1967.

Para ascender el volcán Azul el acceso más corto es por el sur a través del río Los Cipreses, el cual requiere de autorización por parte de la empresa privada Endesa. Esta opción permite disfrutar de una hermosa aproximación con vista a la laguna La Invernada y conocer los conos Los Hornitos.

La otra alternativa es hacer una larga travesía desde el oeste partiendo desde Altos de Lircay, el cual es recompensado por una preciosa y entretenida aproximación con variedad de bosques, cruces de ríos, presencia de loros tricahues, lagunas y aguas termales, entre otros. En cualquier caso, la visita al cráter del Quizapu merece bien ser incluido en el ascenso de este cerro.

Con información de Nationalgeographic

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