La producción de miel de abeja melipona es una actividad económica prehispánica endémica del municipio de Cuetzalan del Progreso perteneciente al central estado mexicano de Puebla, la cual mantienen los habitantes del lugar quienes presumen además de las propiedades curativas de la sustancia.

Esta actividad tomó auge con el pueblo Totonaca que encontró la importancia de cuidar a esta abeja productora de miel, cera y polen, a pesar de no tener aguijón y ser pequeña.

Esta miel es considerada especial debido a que solo se puede obtener una vez al año, es decir, las ollas de barro pueden ser abiertas en el mes más caluroso siendo mayo el ideal, sin embargo, los productores aseguran que están siendo muy cambiantes los climas y eso afecta su producción.

Estas abejas son de fácil cuidado, ya que lo ideal es colocar dos ollas de barro encimadas donde estas avispas comienzas a pegarlas con miel y van creando su piquera, es decir el orificio o túnel por el que entran y salen de las ollas.

En este proceso, las abejas entran y salen de los recipientes con el polen recolectado y comienzan con la creación de su colonia, dándole espacios a la producción de miel, polen y cera que las dejan al interior durante un año.

Miguel Ayala Rosario, meliponicultor compartió con EFE que la actividad de la meliponicultura ha sido transformada para evitar la invasión de las colonias de abejas, ya que con los métodos ancestrales se les daba muerte a cientos de meliponas, que ya no se recuperaban y había pérdida de las especies.

Refirió que actualmente en Cuetzalan se tiene el “Santuario de las Meliponas” donde se busca conservar a las abejas nativas de la región, que cuenta con múltiples variedades que tienen el mismo fin, por lo que en este lugar protegen a las amarillas y negras que son las más antiguas en la región.

Ayala Rosario detalló que actualmente se abren las ollas para localizar los potes o bolas de miel, las cuales son rasgadas con la punta de un cuchillo para poder ingresar una aguja de jeringa y se extrae la miel sin tocar a las abejas y sin romper los panales.

Esto ayuda a que estos insectos se regeneren de manera más rápida y sigan su curso de producción, pues antes se rompía la colonia y se colocaba sobre coladeras y se exprimía hasta sacar toda la miel sin importar si había abejas al interior.

BOTIQUÍN LLENO DE SABOR

El productor compartió que la miel de la abeja melipona es inigualable, debido a que tiene propiedades médicas que sanan y ayudan a contrarrestar los efectos de algunas enfermedades como la diabetes.

Explicó que la miel sirve para tratar padecimientos como gastritis y úlcera gástrica, para curar heridas, quemaduras, así como a cicatrizar el pie diabético, además de que mejora el sistema inmunológico, ayuda a evitar y mejorar la anemia, alivia la tos, borra líneas de expresión y ayuda a la fertilidad de las mujeres.

En tanto, el propóleo que producen es útil para superar las alergias, protege el hígado, ayuda a los males del riñón, así como a mejorar el desempeño sexual en el hombre.

Refirió que esta miel es de costos elevados debido a las propiedades y el trabajo que se realiza para extraer la miel, alcanzando los 1.200 pesos mexicanos (unos 68 dólares) por el litro.

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