Belén.-La calle de la Estrella de Belén, que recorrían los peregrinos siguiendo los pasos de José y María hasta la Iglesia de la Natividad -cuna del cristianismo-, cayó en el olvido por décadas de cambios y conflicto, pero esta Navidad quiere recuperar su viejo esplendor tras una reforma casi acabada.

«Durante mi infancia estaba llena de gente, pero ahora está casi vacía», explica a Efe Lucy Thaljeyeh, vecina de 45 años de esta calle con casas antiguas de piedra y mansiones que en el momento álgido de la ciudad habitaron las familias cristianas palestinas más prósperas.

Hasta 1926, cuando se construyó otra vía más grande que le restó protagonismo, la calle de la Estrella «fue la principal de Belén y la única entrada hacia la iglesia», explica a Efe el investigador local George al Ama.

«Según la tradición cristiana, también es el camino que tomaron José y María» para llegar al pesebre en el que nació Jesús, que hoy se esconde en una venerada gruta en el interior de la basílica.

«La calle tiene un montón de historias escondidas», añade este conocedor de la historia de Belén, que relata, en el siglo XIX había talleres artísticos y tiendas de mercaderes.

La vía fue también eje de la artesanía palestina de madreperla: estaba repleta de artesanos que trabajaban el nácar y tallaban objetos y reliquias religiosas de conchas de molusco, lo que fue la principal actividad industrial de la ciudad durante cientos de años.

Sin embargo, el estancamiento económico y los cambios del siglo XX hicieron perder peso a esta industria, y la calle de la Estrella entró progresivamente en decadencia. Muchos de sus habitantes se trasladaron a otras partes e incluso emigraron fuera de Palestina, lo que provocó que numerosos inmuebles quedaran abandonados.

DAÑOS DURANTE LA SEGUNDA INTIFADA

El conflicto palestino-israelí terminó de sumirla en la desolación. Tras una primera reforma financiada por España en los noventa, toda la vía quedó dañada durante la Segunda Intifada, cuando las tropas israelíes asediaron la ciudad.

«La situación política mató la calle», señala Thaljeyeh, que vivió en primera persona el asedio del Ejército de 2002. «Estuvimos cuarenta días en toque de queda y la calle sufrió muchos daños por los tanques», explica esta vecina, que asegura, «la gente perdió la esperanza» de que reviviera.

Las tensiones de este conflicto también llevaron a Belén, en Cisjordania ocupada, a perder turistas y peregrinos, que están regresando por la relativa calma de los últimos años y, según remarca a Efe su alcalde, Antón Salman, este año se espera una alza y que alrededor de 130.000 personas visiten la urbe por la temporada navideña.

Durante 2018, la cuna del cristianismo acogió a casi 1,2 millones de turistas, pero quedan lejos del récord del año 2000, cuando tuvo un millón y medio de visitantes. Por ello, las autoridades locales quieren optimizar sus espacios de atracción turísticos, su principal fuente de ingresos económicos.

Esta estrategia incluye la calle de la Estrella, asegura a Efe Al Ama mientras camina por debajo del arco de Al Zarrara, una estructura del siglo VI en la misma vía que antiguamente fue una de las puertas de entrada a la ciudad.

ESPACIOS CULTURALES PARA LA CALLE DE LA ESTRELLA DE BELÉN

En su alrededor hay paletas que arreglan el pavimento de la calle, una de las últimas fases de las obras financiadas con cuatro millones de dólares por el Gobierno ruso, que concluirán en enero.

Esta arteria, que forma parte de la conocida como Ruta de la Peregrinación y es Patrimonio de la Humanidad junto a la Basílica de la Natividad, lucirá todas sus galas estas navidades, cuando se abrirá completamente a los viandantes, aunque muchos ya la recorren a pie, entre los que hay grupos de cristianos que pasan solemnemente por ella en dirección a una de los templos más sagrado para el cristianismo.

La reforma reciente ha mejorado su aspecto. Las fachadas de las casas están restauradas, hay un nuevo sistema de iluminado y el pavimento se ha renovado para el paso de peatones y el desembarco de turistas, aunque el alcalde advierte que no quiere que esto sirva solo para abrir tiendas de ‘souvenirs’.

Salman plantea promover «distintos sectores turísticos», cree que los cafés, centros culturales o espacios artísticos serían los proyectos más adecuados para la calle, y prevé que esta tenga un papel relevante para el 2020, cuando Belén será Capital Cultural del Mundo Árabe y acogerá todo tipo de eventos.

El desarrollo de la vía también dependerá de vecinos, propietarios y posibles inversores, y Thaljeyeh es prudente. Su madre tiene una tienda de alimentos en la calle donde se junta todo el vecindario -la mayoría gente mayor-, y por ahora se conforma con que adquiera dinamismo y luzca con todo su esplendor estas navidades.

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