La idea de que el éxito y la inteligencia van de la mano con el egoísmo es un mito que la ciencia desmiente categóricamente.
Investigaciones recientes arrojan luz sobre una sorprendente conexión: las personas más inteligentes suelen ser también las más generosas, explica UNO.
La generosidad como estrategia sofisticada
Este descubrimiento desafía la creencia popular de que para triunfar hay que ser despiadado.
Al contrario, la evidencia sugiere que la bondad y el altruismo son características de mentes privilegiadas.
Un estudio publicado en el International Journal of Nonprofit and Voluntary Sector Marketing encontró una relación directa entre la capacidad cognitiva y la probabilidad de hacer donaciones caritativas.
Altruismo e inteligencia general
Otra investigación, esta vez en el Journal of Research in Personality, reveló que el comportamiento altruista incondicional (ayudar a otros aun a costa del propio beneficio) está vinculado con la inteligencia general.
Es decir, aquellos que no dudan en tender una mano, aun cuando no obtienen nada a cambio, suelen tener un cerebro más desarrollado.
Valores personales e inteligencia
La revista Social Psychology and Personality Science publicó un estudio que correlaciona la inteligencia con los valores personales.
La conclusión es contundente: cuanto menos egoísta eres, más inteligente tiendes a ser. Este descubrimiento pone en jaque la idea de que el éxito se construye pisando cabezas.
Palabras de expertos
Adam Grant, reconocido psicólogo organizacional, lo resume perfectamente: «La generosidad no es solo un signo de virtud. También es una marca de inteligencia».
Grant señala que las personas con alto coeficiente intelectual tienen valores más desinteresados y priorizan el bien colectivo a largo plazo sobre el interés personal inmediato.
Generosidad y poder
Contrario a lo que muchos piensan, ser generoso no es un obstáculo para el éxito.
Un estudio de una década, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, demostró que las personas desinteresadas tienen las mismas probabilidades de alcanzar posiciones de poder que aquellas más egoístas.
El éxito como maratón
La clave está en entender que el éxito es una maratón, no un sprint. A corto plazo, el egoísmo puede parecer ventajoso.
Pero a la larga, la generosidad construye relaciones sólidas y atrae a los mejores talentos.
«Más que un simple rasgo de personalidad»
La ciencia nos muestra que ser generoso va más allá de un simple rasgo de personalidad. Es un reflejo de una mente aguda y una estrategia inteligente para el éxito duradero.
Por supuesto, la generosidad implica ver más allá del beneficio inmediato y tomar decisiones que benefician al conjunto en el largo plazo.
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