De esta forma el club xeneize lidera la zona con 4 puntos, mismos que el equipo chileno; y en el tercer y cuarto lugar están el Pereira colombiano y Monagas, ambos con una unidad.
Ya lo había advertido en la previa el entrenador del Cacique, Gustavo Quinteros: hoy solo servía ganar, fuera como fuera, sin importar si el fútbol era bello.
Y el equipo albo se vio sin alegría ni calidad en el centro del campo y sin claridad en ataque para convertir las escasas ocasiones que permitió la ordenada defensa venezolana.
Ni siquiera la inclusión de Palacios, un hombre más vertical, con más gambeta, por un criticado Leo Gil, sirvió para resucitar una línea de creación insulsa y sin cuerpo, que se diluye en una sucesión de pases demasiado corta y sin apenas sentido.
Aunque el impulso inicial de la hinchada desató cierta ilusión en el inicio, con un par de ocasiones claras, hasta la jugada del penal Orlando Mosquera ni siquiera se había ensuciado los guantes.
Tampoco su colega Bryan Cortés, que apenas vio una solitaria vez las caras de los atacantes venezolanos rondando su área. Monagas es, a priori el equipo más flojo del grupo y cualquier punto, sobre todo a domicilio, es un potosí.
Y a punto estuvo de lograrlo cuando el partido expiraba, superado ya el minuto noventa, en los botines de Anthony Blondel, que marró el empate de forma inexplicable cuando la hinchada se preparaba ya para silbar una nueva decepción.
Al final, suspiros para los locales -que consideran vital sumar seis puntos frente a Monagas para aspirar a la segunda ronda- y tristeza para los venezolanos, que estuvieron cerca de la igualada.
Un partido gris en el que de nuevo las barras de Colo Colo sacaron a relucir las peligrosas bengalas, lo que podría volver a acarrear al equipo una sanción más de la Conmebol.
En la tercera jornada del grupo F, Colo Colo recibirá a Boca Juniors el 3 de mayo y el día 4 Monagas visitará al Pereira.
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