Ciudad Guayana.- Era un secreto a voces en la familia. Las 24 horas del día con los hijos en casa no era lo cotidiano. Los padres hacíamos malabares de lunes a viernes para acompañarlos. El fin de semana era para ellos. Pero, ¿y ahora?
Para Edimar Gámez (@edimargamez), ha habido un impacto radical en la estructura de hábitos de toda la familia, y nada de eso puede enfrentarse sin amor.
“Los chamos tenían la escuela o el liceo como refugio. Estudiaban de manera organizada y sin la presencia de la autoridad paternal, que les genera presión”, recuerda la especialista en manejo emocional y trabajo con adolescentes.
“Pero hoy están nadando entre cuatro paredes, bajo supervisión. Han sentido el impacto de no salir a la calle, ni siquiera a la escuela; saben lo que va a pasar, y eso los desmoraliza”, porque entienden perfectamente la crisis por el coronavirus Covid-19, sus alcances y limitaciones.
Por supuesto, a esto se agregan las condiciones socioeconómicas de Venezuela y su impacto en lo emocional.
Paso a paso
Edimar Gámez es docente de profesión, #docentedecorazón, pero también es el ángel de muchos niños, adolescentes y padres.
Su experiencia le ha permitido confrontar cada ambiente, contexto y situación, y ha desarrollado esquemas de trabajo para hacer más efectiva la adaptación a las nuevas estructuras que se asoman en el porvenir mundial.
La educación en línea; las restricciones de “apapachos” entre amigos; la “distancia social” o el “alejamiento necesario”; la estricta higiene. Todas forman parte del nuevo panorama de niños y adolescentes en la era de la pandemia.
“Recomendamos reconocer, sin excusas, la realidad. Estamos en un momento de ‘stop’ social y como familia debemos afrontarlo. Reconocer esto nos permitirá transformarnos para bien”.
Accionar
En el “reconocer” se detectan los esquemas que han funcionado y si estamos preparados para el desarrollo y el reenfoque de las energías intrafamiliares.
“Luego debemos reestructurar cada parte de la vida, tanto de nosotros como padres, como acompañar la de nuestros hijos para la formación de valores”.
Edimar Gámez insiste en la importancia de delimitar las estrategias y humanizarlas con amor.
“El asunto más irritante hoy en día dentro del hogar, es el de las tareas”, apunta. “Hemos notado que, ante la nueva realidad, los maestros están atiborrando de trabajo a los chamos. Y es que no estábamos preparados para este sistema”.
Recomienda, por ende, a papá y mamá, mantener la comunicación con los maestros y profesores; hacer llegar la voz al colegio o al liceo para que responda a la realidad, y asumir un rol activo en la escuela.
Suena paradójico, porque no hay clases presenciales, pero debe ser así.
En casa
La familia tiene una oportunidad valiosa para reencuadrar las expectativas, que es el siguiente paso.
“Las herramientas principales son la comunicación afectiva y efectiva, empática, para poder desarrollar un equilibrio entre el amor, la educación en casa y el entretenimiento”, señala en torno a la mejor manera de aprovechar el tiempo en casa.
Edimar Gámez considera que estas herramientas son de alto valor en la relación y, sobre todo, permiten a papá y mamá mantener y sostener su relación de pareja.
“Cómo esquematizar las rutinas es primordial”, cuenta.
“Hoy en día vemos a muchos chamos que dicen estar aburridos en casa. No les ha tocado fácil. Pero podemos mejorar este contexto al escucharlos. En la comunicación familiar y el conocer responsabilidades están las claves para hacer más vivible la situación”.
Para la especialista, es importante no perder los espacios personales y ser amorosos.
Con ella estaremos abordando, en los próximos días, los roles de los papás a tiempo completo, las claves para atender y entender la educación en casa y los desafíos de la educación tras la pandemia.
¿Podrán regresar nuestros hijos al colegio, al liceo o a la universidad? ¿Cuáles serán los nuevos esquemas educativos?
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