Latinoamérica tiene un enorme potencial y talento personal para avanzar en la super computación, pero para que su desarrollo sea efectivo necesita que la inversión en ciencia y tecnología sea sostenida, advirtió el ingeniero español Mateo Valero, uno de los mayores expertos mundiales en la materia.
Valero insistió en que cualquier país puede aumentar la capacidad de sus investigadores para producir mejor ciencia, mejores propuestas y un mayor desarrollo tecnológico haciendo una fuerte inversión adicional en nuevos instrumentos como la Computación de Alto Rendimiento (HPC) y la Inteligencia Artificial (IA).
Si los investigadores latinoamericanos tuvieran «los recursos que tenemos en otros lados, lo harían igual o mejor que nosotros», explicó tras recibir este miércoles el doctorado honoris causa en la casa central de la Universidad de Chile.
«No se necesitan grandes inversiones, se necesitan inversiones constantes», apuntó Valero.
A su vez subrayó la importancia de avanzar de manera gradual y sostenida, tomando como ejemplo Barcelona Supercomputing Center (BSC), fundado por él mismo en 2004, y que dos décadas después es un referente mundial del sector.
«Comenzamos uno, dos, y ahora somos más de 1.100 personas, de las cuales casi 1.000 son investigadores. Y trabajamos con muchas empresas en muchos campos, pero eso ha sido producto de muchos años», insistió.
Además de recoger la distinción otorgada por una de las universidades más prestigiosas de Suramérica, Valero participó en la Conferencia Latinoamericana de Computación de Alto Rendimiento, CARLA 2024, celebrada en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la citada institución.
Comunidad HPC
Un espacio que desde 2014 fomenta el crecimiento de la comunidad de Computación de Alto Rendimiento (HPC) en América Latina y abre las puertas a compartir nuevas ideas, técnicas e investigaciones con la comunidad internacional, algo que el investigador español considera «fundamental» para el avance.
En este contexto, Valero destacó la importancia de mantener el talento local en Latinoamérica y señaló que, si bien muchos profesionales reciben una formación de alta calidad en la región, es crucial ofrecerles las condiciones necesarias para que permanezcan y contribuyan al desarrollo de sus naciones.
Asimismo, indicó que los principales desafíos para Latinoamérica son mejorar la organización y fortalecer la colaboración entre instituciones y países, teniendo en cuenta que cada nación debe contemplar qué recursos puede asignar y cómo optimizarlos para obtener los mejores resultados.
«De eso depende el progreso del país, de todas las personas que se están formando y que son el futuro», recalcó antes de señalar a Chile como ejemplo de un país que necesita una mejor y mayor financiación para poder alcanzar a las naciones más adelantados.
Computación de Alto Rendimiento en Chile
Chile cuenta con un Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NLHPC), fruto de la inversión de 1.150 millones de dólares correspondiente al Fondo de Equipamiento Mayor de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo y aportes del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile.
Gracias a ello, logró cuadruplicar su capacidad de cómputo al reemplazar el clúster Leftraru por el «Leftraru Epu», pero aun así se encuentra alejado de los 500 supercomputadores más poderosos del mundo y necesitaría un computador cinco veces más potente que «Leftraru Epu» para ingresar a este grupo.
«Chile está mejorando día a día los recursos que dedica a la supercomputación, formando a sus especialistas y resolviendo problemáticas, pero se trata de un proceso que necesita tiempo», valoró el profesor.
Mateo Valero, ingeniero de Telecomunicación, fue el primer catedrático de arquitectura computacional en la Facultad de Informática de la Universitat Politécnica de Catalunya y el impulsor del BSC, del cual es director desde su creación.
Hasta la actualidad es coautor de más de 700 publicaciones y sus temas de docencia e investigación se centran en el campo de la Arquitectura de los Computadores, con especial énfasis en diversos aspectos de los Supercomputadores y Computadores de Altas Prestaciones.
Ha recibido reconocimientos de alto prestigio como el premio Rey Jaime I de Investigación, otorgado por la Generalitat Valenciana (1997), uno de los más prestigiosos a nivel español, o el Eckert-Mauchly (2007), el más importante a nivel mundial en el campo de la Arquitectura de los Computadores.
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