La colombiana Fany Kuiru, líder de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), la mayor confederación de pueblos nativos del mundo, aseguró sentirse víctima de violencia política de género ante las resistencias que ha encontrado para asumir el cargo.
Kuiru afirmó en una entrevista con EFE que existe una persecución hacia ella por parte de los sectores que protagonizaron en meses anteriores un conflicto por el control de la confederación, que agrupa a 511 pueblos indígenas de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela.
Mientras Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela respaldaban la designación de Kuiru como nueva coordinadora general de la Coica, otros países apoyaban al ecuatoriano Tuntiak Katan, que fue elegido en un congreso extraordinario que no contaba con el aval de la anterior directiva del organismo, con sede en Quito.
«Tengo que reconocer que esta persecución es más una violencia política de género hacia mí. Si fuera un hombre el que estuviera en mi lugar, no habría todo este problema que se está presentando entre los líderes en oposición hacia mí», comentó Kuiru, la primera mujer en dirigir la coica en sus 38 años de historia.
«Si miran los comunicados que hacen, no atacan a la institución. Me atacan a mí directamente. No es que no estén de acuerdo con lo que está pasando, sino que es una persecución hacia mí», apuntó.
La líder de la Coica, originaria del pueblo huitoto y descendiente de víctimas del régimen de esclavitud que se instauró en la Amazonía hacia los pueblos indígenas durante la fiebre del caucho a inicios del siglo XX, acusó a los líderes que se muestran en contra suya de tener intereses particulares en su afán de apoderarse de la confederación.
LLAMAMIENTO A UNIDAD DE LÍDERES
Kuiru reiteró su llamamiento a la unidad, que aseguró que sí existe en las bases de las organizaciones nacionales que integran la Coica.
«Con las mujeres y con las bases tengo una buena relación y mantengo una comunicación permanente con ellos. Ahí la unidad de la cuenca amazónica existe y nunca se ha roto», señaló la líder indígena colombiana, especialista en políticas públicas hacia los pueblos originarios.
«Una cosa es la disputa entre unos dirigentes que tienen intereses individuales, mas no colectivos, porque si fueran colectivos el pueblo se hubiera pronunciado», añadió.
En ese sentido, recordó que desde el 27 de abril está reconocida legalmente como la coordinadora y representante legal de la Coica.
«Ya todo está resuelto, no sé que están esperando», señaló Kuiru, que ve en estos líderes «unos intereses particulares e individuales que no recogen el pensar, el querer y las necesidades de los pueblos».
DESCENTRALIZACIÓN E INCLUSIÓN
Ahora Kuiru quiere enfocarse en una propuesta para descentralizar la Coica, de modo que esté presente en los nueve países que la integran y no únicamente en Quito, además de hacerla más inclusiva.
«La unidad de la Coica no se puede hacer únicamente con unos cuantos líderes. Se tiene que hacer con los pueblos en cada uno de los países», apuntó la líder indígena.
«También se nos quedó pequeña. Nos quedó faltando muchas cosas para incluir. Queremos una Coica fuerte, representativa, transparente, que pueda tener una voz legítima en todos los escenarios. Esa es nuestra apuesta. Entonces vamos a caminar hacia la unidad», agregó.
Para ello propuso que el fortalecimiento del Gobierno de la confederación tiene que venir «desde abajo, desde las autoridades de base y las autoridades regionales».
Kuiru señaló que muchas mujeres y jóvenes les han reclamado esa modernización, pues indicó que muchos de ellos y de ellas no conocían la Coica hasta el conflicto surgido por su dirección, por lo que ahora que recuperaron su sede quiere que esta sea «la gran maloca» de todos los pueblos nativos de la cuenca amazónica.
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