Los jugadores del Liverpool al finalizar el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones que Real Madrid y Liverpool disputaron en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/Rodrigo Jiménez

Londres.- Eliminado de todo y con un cuarto puesto en la Premier League como único objetivo posible de la temporada, el Liverpool ha quedado abocado a su temporada más triste y a su cuarto año, tras la llegada de Jürgen Klopp, sin un solo título nuevo que poner en sus vitrinas.

El Real Madrid, con su triunfo por 6-2 en el global de la eliminatoria de octavos, confirmó que el Liverpool ha sufrido un retroceso respecto a temporadas anteriores y que el proyecto de Klopp está en un punto muerto. El 7-0 ante el Manchester United de hace dos semanas despertó la esperanza de poder revivirlo, pero los resultados posteriores, ante el Bournemouth (derrota por 1-0) y Real Madrid (derrota por 1-0), devuelven al Liverpool a la casilla de salida y a preguntarse qué tienen que hacer ahora.

Con el club desestimando una posible venta y en busca de nueva inversión que les permita competir no solo con los integrantes del ‘Big Six’, sino también con los nuevos ricos, como el Newcastle United, Klopp está entre la espada y la pared: continuar en un equipo que necesita reconstruirse y renovarse o marcharse, como ya hizo en su día con el Borussia Dortmund, con el que tras ganar la Bundesliga y alcanzar una final de la Liga de Campeones ya no tenía más recorrido.

En el Liverpool su legado es fantástico y se recordará por esa primera Premier en treinta años y por la sexta ‘Orejona’, pero podría haber sido mucho mejor. El Liverpool ha sido uno de los grandes dominadores de Europa en los últimos años, con tres finales de Champions en cinco años, y de Inglaterra, pero su colecta de títulos ha sido escasa.

Dos grandes trofeos, más una FA Cup, una Copa de la Liga, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. Y cuatro temporadas en blanco. Ligas de más de 90 puntos que el Liverpool solo perdía porque tenía enfrente al Manchester City de Guardiola; finales de Champions que solo perdían porque en su portería estaba Loris Karius y porque en la del Real Madrid, Thibaut Courtois.

Los ‘Reds’ han sufrido esta temporada los estragos mentales de haber estado durante muchos años al máximo de su rendimiento con un botín pobre para el nivel que han dado. Los Mohamed Salah, Fabinho y Virgil Van Dijk han pegado un bajón que se explica desde la mente. Cuando el animal que ve la zanahoria en sus narices, nunca la alcanza, o solo alcanza un pedazo de ella, se termina cansando.

Para paliar esto, el Liverpool necesita sangre nueva y está no ha empezado a funcionar hasta la parte final de la temporada, como es el caso de Darwin Núñez, cuyos números empiezan a elevarse. Otros grandes jugadores, como Luis Díaz y Diogo Jota, han estado lesionados buena parte del curso, mientras que Stefan Bajcetic aún es muy joven y Fabio Carvalho no ha dado el paso que se esperaba de él.

Este verano, Roberto Firmino dejará Liverpool. Con la marcha del brasileño y la de Sadio Mané la temporada pasada, se habrán ido dos de las patas del tridente que hizo campeón a este equipo. Queda Salah, atado por un lucrativo contrato el año pasado y la parte que lo juntó todo, Klopp, cuya continuidad es un misterio y uno de los rompecabezas que este club tiene que resolver de aquí al verano.

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