“En la madrugada del primer día de la semana, resucitó Jesús. Se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a los que habían sido compañeros de Jesús y que estaban tristes y lo lloraban. Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no le creyeron. Después Jesús se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos que se dirigían a un pueblito. Volvieron a contárselo a los demás, pero tampoco les creyeron. Por último, se apareció a los once discípulos mientras comían y los reprendió por su falta de fe y por su dureza para creer a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación”

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

La Iglesia universal celebra hoy el Sábado de Pascua, y también la fiesta, entre otros santos, en honor a San Damián de Molokai. Sacerdote Misionero que nació el 3 de enero de 1840, en Tremeloo, Bélgica, y murió el 15 de abril de 1889, en Molokai, una isla de Hawái, que era un reducto de leprosos. Lo han llamado «el leproso voluntario», porque con tal de poder atender a los leprosos que estaban en total abandono, aceptó volverse leproso como ellos. El Papa Juan Pablo II, lo Beatificó en el año 1994.

Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Marcos capítulo 16, del verso 9 al 15, en el que se hace un resumen de las apariciones de JESÚS RESUCITADO y relata las señales de Su Presencia en la comunidad. El relato inicia diciendo que se le aparece primero a María Magdalena, de la que JESÚS había expulsado siete demonios, de tal manera que ella se convierte en la primera Testigo de la Resurrección del Señor y de las Apariciones de JESÚS a las mujeres.

La narración continúa diciendo que luego JESÚS se les aparece a dos discípulos de Emaús, y los otros discípulos tampoco creen en el testimonio de estos. Finalmente, JESÚS se aparece a los once Discípulos y después de reprenderlos por su incredulidad, descrita como “dureza de corazón”, es decir inflexibilidad e incapacidad para abrirse a la Verdad, les encomienda la Misión Universal del Anuncio Evangélico. Y he aquí que los que antes lloraban sin esperanza y se aferraban a su incredulidad, son elegidos por JESÚS como Sus primeros Enviados.

Hay que destacar que, de acuerdo a la opinión de los expertos Bíblicos, el Evangelio según San Marcos terminaba en Mc 16,8, sin referirse a las Apariciones del Resucitado, que si aparecen en los otros Evangelios. Y como era un final muy abrupto que dejaba insatisfecho a sus lectores, algún redactor final que no fue el Evangelista, recopiló y resumió algunas de las Apariciones de JESÚS y las añadió aquí. La opinión está sustentada porque este pasaje no se encuentra en los más antiguos manuscritos y su vocabulario no es propio de Marcos. Por lo que se puede concluir que este añadido Canónico no perteneció originalmente a este Evangelio y fue añadido hacia el año 150 d.C. Pero el mismo hecho de que sea tardío no significa que no sea Inspirado, por lo que es un texto Canónico y funda la Fe de Iglesia. 

Al confrontarnos con el texto, y vernos retratados en la actitud de los once, de estar cerrados al Acontecimiento de la RESURRECCIÓN, y al obtener la respuesta del texto, podemos inferir que esta enseñanza que nos da el Maestro hoy, es para que los discípulos de todos los tiempos sepamos que la Fe en JESÚS RESUCITADO pasa por creer en el testimonio de vida que muchas personas dan de Él y para que no nos desanimemos ante las adversidades, ni ante la poca Fe de nosotros mismos, ya que hasta los que tuvieron el privilegio de vivir, escuchar y observar cada una de las señales milagrosas que JESÚS hizo en Su Vida Terrena, también dudaron.

Por eso es que JESÚS nos invita hoy a creer, y a ser Sus Testigos de Su Proyecto de Vida y a Anunciar la Buena Nueva en cada espacio donde nos desenvolvamos. Ya que de manera creciente todos tenemos que conocer esta Buena Noticia y aunque haya el riesgo de no ser proclamada por temor o incredulidad, siempre habrá algunos Valientes que la harán llegar hasta los confines de la tierra. Teniendo claro que la Buena Nueva, es la semilla que se sembrará en el mundo y producirá frutos a su debido tiempo en todos los campos de la actividad humana.

Pero para ejecutar esta acción DIOS necesita de operadores, que somos cada uno de los que nos llamamos sus seguidores y por lo cual hemos sido renovados por el Bautismo para anunciar el Evangelio en nuestras familias, centros de trabajos, o espacios donde interactuemos, para lo que es necesario unos nuevos métodos de evangelización y un profundo testimonio de vida. Porque la Fe en el RESUCITADO madura y se transforma, cuando se asume el compromiso de evangelizar a todos nuestros semejantes.

Señor JESÚS, líbranos de la dureza de corazón y ábrenos a la Fe sencilla, para descubrirte en el rostro de cada uno de nuestros semejantes y en todos los acontecimientos de nuestras vidas, y poder ser tus Testigos en medio de la incredulidad y la desesperanza.

Amén

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