Las lluvias intensas de varias semanas comenzaron a remitir este domingo en buena parte de España, pero sus efectos se sienten en terrenos saturados de agua, cauces fluviales que soportan caudales muy altos, algunos históricos, presas al máximo de capacidad y algunas inundaciones y desalojos de viviendas.
El río Tajo, el más largo de la península Ibérica, alcanzó hoy los 1.400 metros cúbicos por segundo en el municipio de Talavera de la Reina (provincia de Toledo), donde la fuerza del agua derrumbó el puente romano de la localidad la noche pasada.
También va muy crecido al pasar por la propia ciudad de Toledo (centro) y la gran cantidad de agua aumenta cada vez que las presas de la cuenca hidrográfica se ven obligadas a desembalsar para prevenir el colapso de la infraestructura.
En la provincia limítrofe de Madrid, el caudal de los ríos como el Manzanares y el Jarama continúa igualmente muy alto y se mantendrá así algún tiempo por el próximo deshielo previsto en la sierra circundante y los desembalses necesarios para aliviar las presas, por lo que las autoridades mantienen la alerta.
Algo similar ocurre en la ciudad de Ávila, donde el río Adaja llegó a inundar la parte sur, aunque el agua ha comenzado a bajar.
El largo temporal de fuertes lluvias debido a varias borrascas consecutivas, la última de ellas Martinho, vino acompañado de nevadas en algunas cordilleras.
Nueve de las 17 regiones españolas se mantienen hoy con avisos por lluvia, nieve, tormentas, además de fuerte oleaje en el norte del país.
Más de una treintena de carreteras de la red secundaria, sobre todo de la región de Andalucía (sur) y la Valenciana (este), siguen cortadas por las inundaciones.
Y por nieve están afectadas más de 40 vías, tres de ellas de gran capacidad en el centro del país, aunque se puede circular, según la Dirección General de Tráfico (DGT).
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