Los Ángeles.-Los Angeles Clippers sumaron este viernes un triunfo crucial (108-118) para seguir vivos en su serie ante los Dallas Mavericks (2-1), que no pudieron anotarse la victoria pese a que contaron con un Luka Doncic que rozó la perfección.

El esloveno regaló un nuevo recital y acarició el triple-doble con 44 puntos (15 de 28 en tiros, 7 de 13 en triples), 9 rebotes y 9 asistencias.

Sin embargo, Doncic no tuvo el respaldo colectivo de otras veladas y se topó además con la mejor versión de las estrellas de los Clippers.

Kawhi Leonard logró 36 puntos (13 de 17 en tiros) y 8 rebotes mientras que Paul George consiguió 29 puntos (11 de 18) y 7 rebotes.

La puntería en el lanzamiento fue clave para los Clippers, que alcanzaron un fantástico 58 % en tiros de campo.

Los Clippers aterrizaron en el American Airlines Center de Dallas (EE.UU.) con la exigente misión de reengancharse a estos playoff tras acumular dos derrotas muy duras en Los Ángeles (EE.UU).

Las sensaciones hasta ahora habían sido malas y, para empeorar la situación, a los angelinos les esperaban casi 17.705 espectadores en Dallas que recordaron la atmósfera de las eliminatorias de la NBA de antes de la pandemia.

Pero los Clippers, que no dispusieron de Serge Ibaka por lesión, tiraron de casta y orgullo para anotarse una victoria que deja muy abierta la serie.

Este enfrentamiento entre Clippers y Mavericks se presenta con muchas cuentas pendientes del pasado reciente puesto que en la «burbuja» de Orlando (EE.UU.) los angelinos se impusieron 4-2 en la primera aparición de Doncic en las eliminatorias de la NBA.

UN INICIO MEMORABLE

Luke Doncic arrancó el encuentro como solo lo pueden hacer los elegidos para este deporte.

Paul George fue su primer defensor, pero el base tenía muy claro, como ya hizo en los dos primeros partidos, que le interesaba explotar los cambios en los que se quedara con el pívot Ivica Zubac.

Dicho y hecho, el más listo de la clase conectó una canasta de gran habilidad y dos triples seguidos para levantar a todo el estadio (8-0 tras dos minutos).

El temprano tiempo muerto de Tyronn Lue sirvió de muy poco para contener el tornado tejano.

A la exhibición de artillería desde el perímetro de Doncic se le unieron Tim Hardaway Jr. y Kristaps Porzingis para dar forma a una humillante ventaja de partida (20-6 antes de llegar al ecuador del primer cuarto).

La defensa de los Clippers hacía agua por todos los lados y no tenía respuestas para las penetraciones de Doncic, que encontraba a compañeros abiertos sin despeinarse para triples muy fáciles.

Doncic se fue al banquillo con cinco minutos por jugarse y ya con 11 puntos en su casillero (28-11), un momento de descanso que los Clippers aprovecharon de maravilla para volver al duelo.

Los visitantes lograron un espléndido parcial de 6-20 construido sobre la solidez en defensa y la garra en ataque de Paul George y Kawhi Leonard.

Los Clippers cambiaron de forma radical el ritmo del partido y lo llevaron a una dinámica mucho más física, incluido un rifirrafe entre Patrick Beverley y Luka Doncic que se saldó con dos técnicas.

El segundo cuarto (34-31) comenzó con un fascinante cara a cara entre Doncic y Leonard.

Pero para entonces los Clippers ya habían impuesto su tempo más lento e intenso sobre la locura y el descontrol con el que suelen disfrutar los Mavericks.

Lue había dicho en la previa que su equipo debía jugar con «urgencia» y ese sentido de desesperación lo canalizó perfectamente George, que con rabia enchufó 13 puntos en algo menos de ocho minutos del segundo cuarto para darle la vuelta al marcador (50-53 con 4.30 por jugarse).

Los de Dallas ya no encontraban autopistas hacia el aro contrario como en el comienzo, pero Hardaway Jr. y Brunson se aliaron para no dejar solo a Doncic (acabó la primera mitad con 26 puntos).

Sin embargo, dos triples seguidos de Reggie Jackson, todo un estímulo para unos Clippers con escasez de recursos más allá de Leonard y Paul, colocaron a los visitantes por delante antes del descanso (61-63).

Los locales lucieron hasta entonces un fantástico 54 % en triples (12 de 22), pero los Clippers no se quedaron atrás con un 60 % en tiros de campo.

DONCIC Y MÁS DONCIC

El ídolo de Dallas continuó acaparando los focos en la reanudación, primero al cometer una falta en un triple de George que le otorgó tres tiros libres al alero.

Y después al encauzar su enfado con un nueva demostración de poderío ofensivo (77-80 en la mitad del tercer cuarto).

Sin hacer mucho ruido, los Clippers se abrieron camino con las aportaciones puntuales pero muy necesarias de Marcus Morris o Nicolas Batum para acompañar a unos casi infalibles George y Leonard.

Aunque el penúltimo cuarto se cerró (86-89) con un nuevo amago de trifulca, esta vez entre Terance Mann y Willie Cauley-Stein.

El partido se asomaba a un final muy afilado y un intercambio de triples entre Rajon Rondo y Jalen Brunson descorchó el parcial definitivo.

Los Mavericks demostraron un aplomo sorprendente en las dos victorias a domicilio, pero esta vez fueron los Clippers los que, en los momentos de máxima tensión, presumieron de experiencia y saber hacer con maestros como Rondo.

Así, un fabuloso Marcus Morris, con tres triples providenciales desde la esquina en el último cuarto, le dio a los Clippers la primera ventaja de más de diez puntos (100-112 a menos de cuatro minutos para el final).

Doncic siguió atormentando a la defensa de los Clippers sin descanso, pero al final los Mavericks, que acusaron cierta ansiedad e imprecisión en los minutos finales, arrojaron la toalla.

El cuarto partido de la serie se disputará el domingo también en Dallas.

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