“En aquel tiempo cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos de ellos dijeron: «Este echa a los demonios con el poder de Belcebú, jefe de los demonios.» Y otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «Una nación dividida corre a la ruina, y los partidos opuestos caen uno tras otro. Si Satanás también está dividido, ¿podrá mantenerse su reino? ¿Cómo se les ocurre decir que yo echo a los demonios invocando a Belcebú? Si yo echo los demonios con la ayuda de Belcebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir. En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando el Fuerte, bien armado, guarda su casa, todas sus cosas están seguras; pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y distribuirá todo lo que tenía. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu malo sale del hombre, empieza a recorrer lugares áridos, buscando un sitio donde descansar. Como no lo encuentra, se dice: Volveré a mi casa de donde tuve que salir. Al llegar la encuentra bien barrida y todo en orden. Se va, entonces, y regresa con otros siete espíritus peores que él; entran y se quedan allí. De tal modo que la nueva condición de la persona es peor que la primera.»
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela
La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta en honor a nuestra querida Madre María bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, ya que un 7 de octubre de 1571, en Lepanto, la Cristiandad vio la protección magnífica de la Virgen María y el valor singular del rezo del Santo Rosario, en aquella sangrienta batalla, y que gracias a este gesto de Fe, se logró revertir su resultado final.
Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas, capítulo 11, del verso 15 al verso 26. En el que se narra el discurso de JESÚS, dado a todos aquellos que ponen en entredicho Su Misión Redentora y liberadora del mal. Esta sentencia parece contradecir lo que se dice en Lc 9,50: quien no está contra ustedes, está con ustedes. Allí JESÚS reconoce que su familia espiritual desborda en mucho al grupo visible de sus discípulos. El que trabaja en la misma dirección, aunque no pertenezca a la Iglesia, debe ser considerado amigo. En cambio, en el texto de hoy, JESÚS habla de los que no quieren definirse frente a Su Mensaje y pretenden quedarse neutros; esos no se unen nunca a Él, ni hacen obras buenas en Su Nombre, esos son los que desparraman la Gracia Divina
Al confrontarnos con el texto, vemos que se nos invita a darle la máxima importancia al Testimonio y a los Dichos de JESÚS, que, al ponerlos en la balanza, frente a las opiniones de sus opositores, obtenemos la Respuesta del Maestro, donde nos dice, que, la realización del bien no requiere medios mágicos, sino únicamente de la Fe en DIOS, que le Transmitirá la Fuerza de Su Espíritu, a todos aquellos que lo soliciten. Es ese el Mensaje que JESÚS quiere darnos hoy, al presentarse como el hombre fuerte que puede restablecer el orden en nuestra casa, ya que con Su Presencia logra llenar el espacio dejado por los miedos y temores que se alejan cuando se ha emprendido un camino, junto a Él, de liberación interior,
Y por eso es que cada uno de los que nos llamamos seguidores de JESÚS, tenemos que tener claro que al decidirnos por la Opción que nos presenta el Maestro, muchas tempestades se vendrán contra nosotros, ya que no solo tendremos que hacerle frente a los males terrenales, también a los espirituales que se nos presentan a diario, a través de las tentaciones de toda índole y muchas veces esos espíritus malignos, se vale de personas muy próximas a nosotros que tratan de desanimarnos diciéndonos que nuestra vida cristiana no tiene sentido, y que optemos por los placeres y los éxitos del mundo, opciones que a menudo nos hacen dudar de nuestro seguimiento a JESÚS.
El tema es bastante duro de digerir, ya que seguramente hemos hecho terapias de liberación interior, de sanación espiritual y de reconciliación, y a los pocos días estamos con las mismas angustias, o con mayores sensaciones de peligro, de enfermedades o amenazas de la propia muerte. Porque hacer un retiro espiritual o una buena confesión con nuestro asesor espiritual, de nada nos valen si no hacemos un esfuerzo de voluntad, para que el lugar de los temores, de las angustias y de las violencias, sea ocupado por el AMOR de DIOS. De allí que hoy sea el día para preguntarnos: ¿Estoy decidido a organizar o disponer de mi vida para que JESÚS, sea el centro y el motivo de mi existencia?
Señor JESÚS te rogamos encarecidamente, que pongas orden en nuestra casa, en nuestro corazón y en nuestra mente, para poder hacerle frente a los que matan el cuerpo, cercenan el espíritu y amenazan nuestra decisión de estar junto a Ti. Amén.
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