Sao Paulo.- El sector de servicios, responsable de cerca de un 70 % del producto interior bruto (PIB) de Brasil, encadenó en mayo su cuarta caída mensual consecutiva y retrocedió un 0,9 % frente a abril, lastrado por la pandemia del coronavirus que paralizó a la economía del país, informó este viernes el Gobierno.
Tras registrar una retracción histórica de un 11,9 % en abril, el sector acumuló pérdidas de un 19,7 % entre febrero y mayo, según los datos divulgados por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El volumen de servicios ofrecidos en Brasil igualmente tuvo una caída récord del 19,5 % en mayo en la comparación con el mismo mes de 2019, mientras que acumula una bajada de un 7,6 % en los cinco primeros meses del año.
En los últimos 12 meses, el sector se contrajo un 2,7 %.
De acuerdo con el IBGE, los datos reflejan un agravamiento de los impactos de la emergencia sanitaria y económica provocada por la COVID-19, que obligó a los Gobiernos regionales de Brasil a adoptar medidas de restricción y paralizar las actividades económicas para contener el avance de la enfermedad desde finales de marzo.
Para el gerente del estudio, Ricardo Lobo, la caída evidencia una «profundización de un escenario que ya era muy desfavorable para el sector de servicios», ya que «obtener un resultado negativo en la comparación con abril», cuando se registró el peor momento de la serie histórica, es «bastante significativo».
Tres de las cinco actividades investigadas registraron caídas en el paso de abril a mayo. Las pérdidas más acentuadas fueron en el sector de servicios profesionales, administrativos y complementares, que retrocedieron un 3,6 % en el periodo.
También cerraron mayo con variaciones negativas los servicios de información y comunicación (-2,5 %) y el sector de otros servicios (-4,6 %).
Por otro lado, los servicios prestados a las familias, que crecieron un 14,9 % en mayo, y las actividades de transporte, servicios auxiliares a los transportes y de correos (+4,6 %), recuperaron parte de las pérdidas registradas en los últimos meses.
«Antes habíamos sentido el impacto de la crisis sobre todo en los servicios ofrecidos a las familias, pero ahora los servicios prestados por empresas a otras empresas empiezan a sentir efectos importantes», resaltó Lobo.
Los datos divulgados hasta ahora indican que la paralización de actividades debido a la COVID-19, que deja unos 70.000 muertos y 1,7 millones de infectados en Brasil, amenaza con hundir al país en la mayor recesión económica de su historia, aunque analistas evalúan que lo peor de la crisis «ya pasó».
Expertos consultados por el Banco Central proyectan que la mayor economía de Suramérica cerrará 2020 con una contracción de un 6,50 %, aunque otras previsiones elevan esa previsible caída hasta cerca de un 10 %.
EFE
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