El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aterrizó este jueves en Hanoi, para iniciar una visita de Estado de tres días a Vietnam, quinto mayor consumidor de los productos agropecuarios brasileños en el mundo, en búsqueda de nuevos negocios y en defensa del multilateralismo.
El líder sudamericano, que viene de otra parada oficial de tres días en Japón, fue recibido en el aeropuerto por el ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Do Duc Duy; el viceministro de Asuntos Exteriores, Do Hung Viet, y el embajador de Vietnam en Brasil, Bui Van Nghi, entre otros altos funcionarios.
Durante esta visita, está previsto que Lula negocie e incluso acuerde con Vietnam que Brasil le pueda vender más carne, así como los aviones de Embraer, y para ampliar las ventas de etanol, combustible del que el país amazónico es el segundo mayor productor mundial.
El intercambio comercial de Brasil con Vietnam ascendió en 2024 a 7.700 millones de dólares, con un superávit de 415 millones de dólares para el país sudamericano, el mayor productor y exportador de carne bovina y de pollo en el mundo.
Según informó Brasilia, la delegación brasileña incluye a los principales ejecutivos de Embraer, tercer mayor fabricante de aviones del mundo, y del gigante JBS, mayor cárnica del mundo y que estudia abrir una unidad de procesamiento y distribución en el país asiático.
Además de aviones comerciales, Embraer también está interesado en venderle su carguero militar C-390 a Vietnam, país que actualmente negocia la adquisición de los C-130 estadounidenses.
Lula, que visitó Vietnam durante su segundo mandato en 2008, llega a Hanoi tras haber hecho una visita oficial a Tokio, donde criticó la política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, de quien dijo hoy que «no es el sheriff del mundo».
En una rueda de prensa, el mandatario señaló que Brasil tiene «dos decisiones por tomar» en respuesta a dichos aranceles del 25 % que entraron en vigor este mes: la primera es recurrir a la Organización Mundial del Comercio, y si esto no da resultado, «recurrir a otras herramientas».
Lula mencionó en concreto la opción de «subir las tasas sobre los productos estadounidenses» importados por Brasil, lo que definió como «poner en práctica la ley de reciprocidad».
El mandatario de 79 años se refirió así al contexto global marcado por las tensiones entre Estados Unidos y China y por las amenazas contra el multilateralismo.
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