El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este lunes que aprovechará su encuentro del próximo jueves con su homólogo francés, Emmanuel Macron, para conversar sobre el rechazo de su país a las exigencias ambientales de la Unión Europea en las negociaciones con el Mercosur.
«Voy a almorzar con Macron y a discutir el asunto del Parlamento francés que aprobó el endurecimiento de las condiciones para aprobar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea», afirmó Lula en la edición de este lunes de su transmisión semanal por redes sociales.
El mandatario brasileño se reunirá con Macron en el marco de una gira europea que iniciará este mismo lunes y en la que también se encontrará con el papa Francisco y con el presidente de Italia, Sergio Matarella.
Lula ha manifestado en los últimos días las críticas de Brasil a la herramienta adicional propuesta por la Unión Europea para condicionar el acuerdo de libre comercio con el Mercosur a garantías ambientales y climáticas.
Las críticas se elevaron tras la aprobación en Europa de una legislación que prohíbe la importación de productos procedentes de áreas desforestadas.
El mandatario brasileño se refirió específicamente a la resolución aprobada la semana pasada por la Asamblea Nacional francesa contra la ratificación del acuerdo de libre comercio mientras no se le exija al Mercosur los mismos requisitos sanitarios y ambientales que se exigen en la UE.
«No pueden amenazar con sanciones si el Mercosur no cumple esto o aquello. Si somos socios estratégicos no hay que hacer amenazas sino ayudar. Voy a conversar mucho con el presidente de Francia sobre eso», afirmó Lula.
La semana pasada, en una reunión en Brasilia con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Lula ya había manifestado sus críticas a las nuevas exigencias europeas y advertido que entre socios estratégicos lo que tiene que existir es «confianza mutua y no desconfianza y sanciones».
Lula dijo igualmente que ningún país en el mundo puede cuestionar a Brasil sobre su compromiso con la transición energética ante la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes.
«Nadie tiene derecho a darle recomendaciones a Brasil sobre energía. De nuestra electricidad, el 87 % es procedente de fuentes renovables, contra un 27 % en el resto del mundo. Y de nuestra matriz energética como un todo, incluyendo combustibles, 50 % es limpia y renovable, contra un 15 % en el resto del mundo», afirmó.
El líder progresista agregó que, en lugar de criticar a Brasil, los otros países deberían emularlo, incluso porque el país invertirá aún más en energías renovables, incluyendo hidrógeno verde, un combustible que el país puede exportarle al resto del mundo.
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