Imagen de archivo del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva. EFE/Andre Borges

El regreso de Brasil a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de la mano de Luiz Inácio Lula da Silva supone un empuje a la integración regional, aunque la inestabilidad dentro y fuera del país amenaza su posición de liderazgo, según analistas consultados por EFE.

En su primer viaje internacional desde que el 1 de enero asumió el poder, Lula participará en la Cumbre de la Celac de Buenos Aires el próximo 24 de enero con la misión de relanzar este foro internacional que Brasil abandonó en 2020 por orden del Gobierno de Jair Bolsonaro.

La vuelta del mandatario progresista al bloque regional se enmarca dentro de su promesa de devolver a Brasil a la escena internacional y restaurar los lazos con los países latinoamericanos tras cuatro años de «distanciamiento» bajo la gestión de Bolsonaro.

INESTABILIDAD FUERA Y DENTRO DE BRASIL

Aunque sus planes de asumir esa posición de liderazgo pueden verse truncados por la efervescencia social que se vive dentro de territorio brasileño, tras la intentona golpista que protagonizaron miles de radicales bolsonaristas el 8 de enero en Brasilia, según los analistas.

«La estabilización interna es el desafío principal para que Lula pueda darle atención a una agenda externa más consistente», dijo a EFE el coordinador del curso de Relaciones Internacionales de la universidad Asces-Unita, Vanuccio Pimentel.

Sin embargo, «mientras Brasil vive esta inestabilidad es difícil que el presidente pueda dedicarse a una agenda externa porque la interna todavía requiere una articulación política», advirtió el analista en alusión al asalto a los tres poderes del 8 de enero.

Ese día, miles de simpatizantes de Bolsonaro, en un fallido intento de golpe para derrocar a Lula, invadieron y destrozaron las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema, en Brasilia.

De igual manera, el coordinador de la maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), Ernani Carvalho, alertó sobre la inestabilidad y polarización política en la región como obstáculo para Lula.

Es «un escenario cada vez más fuerte de países divididos, como pasa en Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Brasil. Eso generará más inestabilidad política en la región. Son dos bloques ‘tectónicos’ de pensamiento para Lula lidiar como el líder que es», manifestó.

UN GIRO A LA POLÍTICA REGIONAL DE BOLSONARO

La doctora en Ciencias Políticas y profesora de la Facultad de Ciencias Humanas de Olinda Priscila Lapa consideró que después de la falta de «construcción de puentes en las relaciones internacionales» por parte de Bolsonaro, Lula «asumirá una postura diferente».

«Brasil se perdió de la agenda internacional, de la agenda ambiental» y Lula «entiende el tamaño que el país tiene para ser protagonista de ese proceso» de integración, completó.

No obstante, Lapa advirtió que Lula deberá contar con un «fortalecimiento» de la economía brasileña para «retomar ese espacio de liderazgo que se perdió en la era Bolsonaro».

Para el doctor en Historia Política de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) Alex Ribeiro, la llegada de Lula al poder representa una «reconstrucción» y un «realineamiento» con los países de América Latina y el Caribe.

En su opinión, el «distanciamiento» de Bolsonaro en la región, principalmente con Argentina y Venezuela, será revertido con el retorno de Brasil a la Celac, sin que eso signifique una «ruptura» con naciones como Estados Unidos, que fue prioridad en el anterior Gobierno.

Al igual que sus colegas, Pimentel consideró que «la victoria de Lula tiende a reforzar los lazos de Brasil con los organismos multilaterales y regionales, como la Celac», y también significa una «retomada de las relaciones Sur-Sur».

Aunque subraya que el «rumbo político» que tomará Argentina con las elecciones de este año y la «inestabilidad de Bolivia y Perú» pueden incidir también en ese liderazgo del líder progresista.

En el mismo sentido, Carvalho consideró que Lula «representa un cambio en la política externa» de Brasil, pero, anticipó, que no será igual a la que abanderó en sus anteriores gobiernos (2003-2010).

«El espectro Sur-Sur tendrá una expansión más modesta, dado el escenario de coyuntura global actual, con un crecimiento bajo, mucha inflación y Brasil saliendo de una situación interna muy delicada», concluyó.

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