Madrid.-Rosalía deslumbró en los Grammy Latinos luciendo sobre la alfombra roja un vestido de lunares de Carolina Herrera.
Máxima de Holanda no renuncia a ellos en primavera; para Melania Trump los lunares son un básico de su armario y Kate Middelton o Penélope Cruz firman con ellos una alianza.
Los lunares son un estampado alegre, divertido y recurrente en algunos diseñadores y también están presente en las colecciones de primavera-verano de este año con tamaños diversos y sobre tonos diferentes, pero con la combinación entre negro y blanco como protagonista.
«Tanto los lunares como los cuadros aportan encanto, elegancia y desenfado, y siempre están de moda», escribía Christian Dior.
En 2018, María Grazia Chiuri realizó toda una declinación de este tradicional estampado en vestidos y faldas, esta primavera ha reducido a mínimos los lunares en su colección, en la que se sí se puede encontrar una blusa transparente en plumeti con encajes.
La diseñadora española Juana Martín apuesta esta primavera por recrear los lunares en blusas de manga con abullonada como una rosa sobre el hombro, con la sobriedad del negro como fondo, con lunares que caen sobre la tela tan alineados como sobre estuvieran sobrepuestos una tabla de Excel.
También en negro y blanco ha expresado Wes Gordon para Carolina Herrera una colección luminosa donde los lunares hacen acto de presencia en distintos tamaños, desde extragrandes a mínimos. Diseños elegantes en los que hay espacio para las minifaldas y para los vestidos de lazo en la cintura con llamativos topos.
Con la sobriedad y serenidad que ofrece el negro es también como expresan la fiesta Dolce&Gabbana en una colección en la que los lunares aparecen como estampados mínimos en camisas de «print» selvático como protagonista, que combinan con cuellos de corte setentero de lunares negros, que cambian a blancos al final de las mangas.
La firma también apuesta por este estampado en un minifaldero vestido de organdí burdeos con micro lentejuelas y lazada al cuello, un diseño elegante y vaporoso de mangas farol hasta el codo.
Quién también imprime color en los lunares es la firma Paco Rabanne, que opta por un colorido vestido, en crepé negro con un corazón de intenso rojo en el centro.
Gucci tampoco repara en la intensidad de sus lunares blancos sobre fondo verde, un estampado que deja para colorear en rojo y azul en pañuelos y complementos como los abanicos.
La última colección primavera-verano 2020 de Altuzarra logró que el público asistente quisiera ponérselo todo. Desde sus faldas tubo a sus colores ácidos. Prendas entre las que también destacó un vestido de lunares en blanco y negro cosido a modo de pachtword y con un bajo informal, de picos, apto para cualquier noche de verano.
La elegancia de Prada se hace presente en un delicado vestido en chifón fluido, de lunares en «fil coupé», un diseño muy femenino con volantes en los hombros y en la falda de corte amplio.
El diseñador francés, Simon Porte Jacquemus, no es ajeno a la tendencia y en la colección de esta temporada los incluye. Y como no podía ser menos Balmain, con una colección cargada de prendas de vibrantes colores, también dibujó diminutos lunares en la pasarela en negro y blanco.
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