Nicolás Maduro
(Venezuela. EFE/ Palacio de Miraflores

Nicolás Maduro sorprendió nuevamente al anunciar el adelantamiento de la Navidad para el próximo 1° de octubre, en un gesto que él mismo calificó como un «homenaje al pueblo combativo». Esta declaración hecha en televisión nacional pretende, según sus palabras, «llevar paz, felicidad y seguridad» al país. Sin embargo, detrás de este decreto yace una estrategia repetida desde que asumió la presidencia en 2013.

Este tipo de anuncios, lejos de ser una novedad, se ha convertido en una constante del gobierno de Maduro. El presidente ha decretado adelantos de Navidad en múltiples ocasiones a lo largo de los últimos años, con fechas que varían desde finales de octubre hasta, más recientemente, septiembre.

Para quienes cuestionan su gobierno, cada una de estas medidas son vistas como una forma de desviar la atención pública de los problemas internos que afectan al país, tales como la crisis económica, las protestas sociales y, en su momento, la pandemia de coronavirus.

Tras su reciente anuncio, la Conferencia Episcopal Venezolana aseguró que la Navidad es una celebración universal que, como tiempo litúrgico, inicia el 25 de diciembre, y llamó a que no se utilice para fines «propagandísticos ni políticos particulares».

Recuento del decreto

La primera vez que Maduro tomó esta decisión fue en 2013, poco después del fallecimiento del expresidente Hugo Chávez. En esa oportunidad, adelantó las celebraciones navideñas como un medio para levantar el ánimo de la población, inmersa en la incertidumbre por la pérdida del líder chavista, y en medio de una crisis económica que ya comenzaba a mostrar sus peores efectos. Desde entonces, cada año ha repetido esta acción, aunque no siempre con las mismas palabras ni en las mismas circunstancias.

Durante la pandemia de Covid-19 en 2020, Maduro adelantó la Navidad al 15 de octubre, argumentando que la decisión buscaba brindar esperanza y unidad a las familias venezolanas en tiempos de cuarentena. Ahora, en 2024, tras las controvertidas elecciones presidenciales que han sido objeto de denuncias por fraude y que han generado una ola de protestas y represión policial en todo el país, Maduro retoma la misma táctica.

El anuncio de este año se hizo en un contexto de crecientes manifestaciones contra los cortes de electricidad y las dificultades económicas que enfrentan los ciudadanos. «Septiembre y ya huele a Navidad», expresó Maduro en su discurso televisado, dirigiéndose a un grupo de venezolanos presentes en el set de su programa ‘Con Maduro +’. «En agradecimiento a ustedes, voy a decretar la Navidad para el 1° de octubre», agregó.

Es importante agregar que en su discurso, el mandatario no precisa si también adelantaría las vacaciones de fin de año y las prestaciones que muchas empresas acostumbran dar en esas fechas.

En un recuento de los años anteriores, la Navidad se ha adelantado en fechas diversas. En 2015, fue decretada para el 30 de octubre; en 2016, para el 28 del mismo mes; en 2017, para el 31; y así sucesivamente hasta llegar al adelanto más temprano de 2023, cuando el presidente declaró la Navidad el 1° de septiembre. Aunque las circunstancias han variado, el mensaje de Maduro ha mantenido un patrón similar: invocar la llegada temprana de las festividades como un bálsamo para las dificultades que aquejan a la nación.

 

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