Ser docente, maestro, educador siempre será tener actitud positiva y diferente frente a la vida, tal es el caso de la maestra Josefina “Papina” Romero quien asumió la educación con la vocación de una guerrera de la paz y el amor, hoy cuando recordamos su vida y legado de trabajo constante y abnegado, queda la alegría de haberla tenido durante muchas generaciones impartiendo enseñanza en varias instituciones educativas de Ciudad Guayana.
La maestra Josefina partió a la casa del Padre el 26 de octubre del presente año, hace un mes no está físicamente entre nosotros, pero siempre se recordarán sus sabias palabras, llenas de entusiasmo y fortaleza para todo aquel que se acercó a ella.
Desde las escuelas del medio rural en sus inicios como maestra hasta escuelas de Iron Mining of Venezuela, que luego sería Ferrominera Orinoco, Fe y Alegría e instituciones dependientes de la Gobernación de Bolívar, han sido testigos de tan extraordinaria labor educativa y humana desarrollada por la maestra Josefina Romero.
Ella asumió ser maestra como siempre lo decía “Debemos entregarnos por completo a nuestro trabajo, los estudiantes necesitan de nuestro apoyo y de manera especial sus padres para formar a estos muchachos y muchachas, que siempre estarán necesitados de afectos y nuevos aprendizajes” frases como estas han sido permanentes en nuestros recuerdos provenientes de la maestra Josefina.
Ser educador es completar la obra maravillosa de la vida, eso fue lo que hizo la maestra Josefina durante su ejercicio docente, siempre se le recordará como la mujer activa, docente por vocación y entrega, la deportista ganadora de muchos premios, pero a juicio de quienes tuvieron la oportunidad de ser sus alumnos, el legado más preciado fue la de vivir a plenitud su vida y valorar cada espacio de ella como elemento de crecimiento y apego por la superación familiar y personal.
Corresponde a las generaciones presentes y futuras seguir enarbolando las banderas de la entrega y el servicio desinteresado que motivó la vida de la maestra Josefina Romero, desde estas tierras guayanesas estamos contentos y agradecidos de haberla tenido entre nosotros, sus palabras de aliento y de constantes superación siempre están en las mentes de sus alumnos y de todos aquellos que tuvimos la oportunidad de conocerla.
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