Valencia. Racimo de tres carreras en el octavo inning le dio el triunfo a Navegantes del Magallanes 10-9 a Caribes de Anzoátegui, en un frenético duelo disputado en el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia, para igualar la serie final a dos victorias por bando y asegurar el retorno al oriente del país, al menos para un sexto compromiso el día lunes.
Esteban Haro y Silvino Bracho, el tándem hasta esta noche infranqueable, claudicó en el penúltimo episodio. El taponero mexicano dejó hombres en segunda y primera, con un out y dio paso al zuliano Bracho, que sufrió su primer blown save de la postemporada.
Con la pizarra 7-9 a favor de la Tribu, el cerrador cometió wild pitch y dio boleto a Alejandro De Aza para llenar las almohadillas, dejando la mesa servida para Rayder Ascanio, quien disparó sencillo que desató la euforia para empatar las acciones, y en el siguiente turno, Cade Gotta conectó elevado de sacrificio a la pradera izquierda que remolcó al quisqueyano De Aza, para la diferencia definitiva.
“Me enfoqué en los cuatro turnos que tuve hoy, dos boletos, rolling al campocorto y gracias a Dios salí enfocado en el turno esperado. Me enfoqué en algo que me dijo Pablo Sandoval, que no hiciera más de la cuenta y pude conectar el batazo importante”, declaró Ascanio al final del compromiso, sobre el turno decisivo que terminó en el único inatrapable en dos turnos legales durante la noche.
Por primera vez en la serie, el conjunto oriental abrió la pizarra, con su capitán Niuman Romero como responsable en la primera entrada. Luego de boleto negociado por Víctor Reyes, el emblema aborigen conectó su primer cuadrangular en finales, en su séptima cita, con Erick Leal como víctima.
La visita incrementó la ventaja en el tercer capítulo, con un déjà vu de lo ocurrido en el primer desafío de la Gran Final. Willians Astudillo sacudió vuelacerca con Romero en base, y Asdrúbal Cabrera le siguió con estacazo, para tomar una aparente holgada diferencia de 5-0 y terminar con la labor de Leal.
El abridor nauta, solo pudo mantenerse en la loma por espacio de 2.1 capítulos, con tres boletos regalados, sin ponches y las cinco anotaciones libres de suciedad.
La Operación Retorno de la Carabela comenzó en la parte baja del tercer episodio, con arremetida de cuatro carreras. Alberto González con sencillo a la pradera derecha impulsó la primera en los pies de Carlos Pérez. Por error de Víctor Reyes en tiro avanzó a la intermedia y Ascanio llegó a la antesala, para dejar la escena abierta a Ángel Reyes, quien, con un soberbio vuelacerca a la izquierda, acercó 4-5 al home club.
“Súper contento con la victoria y con el turno que acercó al equipo. Tuve dos juegos con un pequeño slump, pero lo importante es no bajar la cabeza, salir a pelear. Me mantuve hablando con (el mánager) Wilfredo (Romero), sobre lo que estaba haciendo en el plato, solo quería dar una línea por el medio y pude conectar de jonrón”, dijo Reyes, cuyo único hit de la jornada, fue el cuadrangular de tres carreras.
La artillería naval volteó el marcador en el siguiente acto, con tres rayas. Jesse Castillo ligó hit al jardín derecho y por una nueva mácula de Víctor Reyes, esta vez en fildeo, Leonardo Reginatto anotó desde la inicial la paridad, terminando con el trabajo de Mayckol Guaipe.
Ángel Guillén tomó el testigo en el montículo oriental, dominó a Carlos Pérez con rodado al torpedero, le dio base por bolas intencional a De Aza y regaló pasaporte a Ascanio para llenar los cojines, dando paso a Jean Toledo en el medio del diamante.
Cade Gotta lo recibió con un sencillo que rebotó con violencia delante de la tercera base, Romero, para sobrarlo por encima de su cabeza, trayendo consigo a dos nautas para la vuelta 7-5.
Pero la recia toletería indígena, ripostó de forma inmediata. Con cuatro carreras entre el quinto y sexto tramo, para recuperar la delantera. Primero fue Astudillo, con su cuarta vuelta al cuadro de la fase final, esta vez, sin compañeros en circulación ante Robert Zárate.
Anzoátegui construyó rally de tres carreras en la sexta entrada, con hombres en segunda y primera, Víctor Reyes dirigió la bola hacia territorio de su primo, Ángel, en el jardín izquierdo, quien cometió pecado al guante, para facilitar el 8-7, con las anotaciones de Tomás Telis y Luis Sardiñas. Víctor también pasó por la registradora con inatrapable de Romero al centro, ante Enderson Franco.
Todo, antes de la dramática reacción bucanera en el octavo.
“El equipo ha demostrado a lo largo de toda la temporada que tiene la capacidad de venir de atrás y hoy no fue la excepción. Salimos enfocados en el juego, se estuvieron animando unos a otros y eso fue lo importante. No nos bajó la moral, el hecho que ellos se hayan ido arriba, nos mantuvimos, el relevo hizo lo que tenía que hacer y dimos los batazos importantes”, analizó el manager Romero para Simple TV, tras la finalización del juego.
Redacción SNPD con
información de LVBP.com
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