Berlín, Alemania. La perturbación en la modificación de una proteína explica ciertas formas de infertilidad masculina, ya que puede afectar la manera en la que los espermatozoides se dirigen hacia el óvulo, según un hallazgo de científicos alemanes, franceses e italianos publicado en la revista «Science».
La investigación revela una nueva causa de infertilidad masculina, al mostrar que, si no se produce esta modificación en la proteína (tubulina), los espermatozoides «nadarán» en círculos, lo que provoca en muchos casos infertilidad.
El estudio ha sido realizado por científicos del Instituto Curie (París), el Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética (Dresde, Alemania) y el Centro de Estudios e Investigación Europeo Avanzados (Bonn), así como la Universidad de Bonn, el Instituto Cochin en París y el Human Technopole de Milán (Italia).
«El núcleo del flagelo de los espermatozoides está compuesto por microtúbulos, junto con decenas de miles de diminutos motores moleculares, llamados dineínas, que permiten doblar rítmicamente estos microtúbulos para propulsar y cambiar la dirección del espermatozoide», explica en una nota de prensa el autor principal del estudio, Sudarshan Gadadhar, del Instituto Curie.
«En ausencia de glicilación (como se denomina a esa modificación enzimática), se descoordinaron y, como resultado, de repente vimos espermatozoides nadando en círculos», señala.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos crearon una línea de ratones que no pudieran realizar esta modificación de la proteína, tras lo que observaron defectos funcionales en su esperma que conllevaron a una reducción de la fertilidad.
«Dado que se sabe que los ratones son extremadamente fértiles, un efecto similar en los humanos podría conducir a la esterilidad masculina», señala otro de los coordinadores del estudio, Carsten Janke, del Instituto Curie.
Además de la importancia del descubrimiento para el ámbito de la salud reproductiva, los hallazgos tienen aplicación potencial en otros ámbitos de la medicina.
«Nuestro trabajo abre la puerta a una comprensión más profunda de múltiples enfermedades, como problemas del desarrollo, cáncer, enfermedades renales o trastornos respiratorios y de la vista», indica otro de los autores del estudio, el español Luis Álvarez, del Centro de Estudios e Investigaciones Europeos Avanzados.
Álvarez agrega: «Dado que los flagelos de esperma son uno de los muchos tipos de cilios en nuestro cuerpo, es de esperar que modificaciones similares de la tubulina sean importantes en varias funciones relacionadas con los cilios».
EFE noticias
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