La selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, fue cruzada por 196.370 migrantes irregulares en el primer semestre de este año. Esta es otra cifra inédita y que casi cuadruplica a los 49.452 del mismo período de 2022, según datos oficiales panameños.
Abril fue el mes con el mayor número de viajeros entrando a Panamá por la selva en su travesía irregular hacia Norteamérica. Registró 40.297 personas, es decir, 6,5 veces más que los 6.134 del mismo mes de 2022.
Le siguieron en orden decreciente mayo con 38.962, marzo con 38.009, junio con 29.721, enero con 24.634 y febrero con 24.657 migrantes.
El 51%, es decir, 100.514 de los viajeros que transitaron por la selva del Darién entre enero y junio de 2023, son venezolanos.
A los venezolanos le siguieron los haitianos (33.074), ecuatorianos (25.105), ciudadanos de 23 países africanos (6.420), chilenos (4.964) y colombianos (3.579).
Desde el 11 de mayo se activaron además nuevas restricciones migratorias en Estados Unidos, al finalizar el conocido como Título 42 y aplicarse en su lugar el Título 8, la norma que históricamente ha regido la migración en este país, a la que se sumaron otras medidas que restringen el acceso a pedir asilo en su frontera sur con México.
Panamá recibe a los viajeros irregulares que se dirigen a Norteamérica en estaciones migratorias situadas cerca de su frontera sur con Colombia y en la frontera norte con Costa Rica, donde les ofrece asistencia sanitaria y alimentación, en un operativo único en el continente que involucra a una docena de organismos internacionales.
Al cierre de junio había 4.767 migrantes repartidos en estas instalaciones fronterizas, de acuerdo con los datos oficiales.
Selva del Darién
El Darién es un parque nacional de Panamá de 575.000 hectáreas. Muchos de los relatos de las vivencias en esta inhóspita selva incluyen muertes, violaciones, asaltos, suicidios.
Los viajeros se enfrentan a los peligros propios del entorno salvaje y los devenidos de grupos criminales que actúan allí.
Familias enteras están cruzando la selva. Unicef alertó que entre enero y abril pasado lo hicieron más de 25.000 menores. Esto representó una cifra récord de 8 veces más que en el mismo período de 2022.
El flujo migratorio sin precedentes que se registra en el continente americano se debe a la huida de miles de personas de crisis económicas y políticas, de la violencia o de los efectos del cambio climático en las poblaciones, y está vinculado al tráfico de personas, el negocio ilegal más lucrativo actualmente según expertos internacionales.
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