Bogotá.- El 2022 fue un «año rojo para los derechos humanos» en el departamento colombiano de Arauca, donde según la Defensoría del Pueblo se han cometido un total de 352 homicidios después de que en enero comenzara un enfrentamiento entre disidencias de las FARC y ELN que ha tenido en jaque a esta zona fronteriza con Venezuela.
«Un total de 352 homicidios hacen parte del triste balance que en materia de derechos humanos deja el 2022 para el departamento de Arauca», dijo este miércoles la Defensoría en un comunicado, donde especificó que 12 de estos asesinatos son de líderes sociales.
Así, el pueblo de Saravena, donde el pasado 19 de enero una disidencia de las FARC puso un carro bomba contra un edificio que era sede de organizaciones sociales y dejó un guardia de seguridad muerto, es donde más homicidios se han producido, con 119.
El Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, manifestó que es muy crítica la situación del departamento, dada la disputa por el control del territorio y el negocio del narcotráfico entre los grupos armados ilegales, lo cual sigue cercando a la población, vulnerando toda posibilidad de llevar una vida normal.
Además de los homicidios, ha habido en esta zona 81 secuestros y desapariciones, una cifra que podría ser mayor debido al miedo de la población a denunciar estos casos por las amenazas o castigos que puedan recibir.
La población también se vio sometida a 35 confinamientos y 4 desplazamientos forzados con más de 19.000 víctimas.
«Instamos a los grupos armados ilegales a que ofrezcan gestos de paz que permitan el avance de los diálogos que viene impulsando el Gobierno Nacional y a que dejen por fuera del conflicto armado a la población civil y particularmente a los menores de edad», pidió Camargo.
La situación humanitaria en Arauca -un departamento con mucha riqueza mineral y explotaciones petrolíferas, donde la guerrilla ha tenido mucha influencia desde hace décadas y el Estado no tiene demasiada presencia- empeoró a principios de este año por la guerra que libran la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente Décimo de las disidencias de las antiguas FARC.
El ELN mantiene una activa y fuerte presencia desde hace décadas en Arauca y luego de una especie de tregua ahora se enfrenta con las disidencias de las FARC, que buscan controlar el territorio para dominar el narcotráfico y otras actividades ilegales como la minería y el contrabando de gasolina, entre otros.
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