La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se ha reunido con algunos de sus ministros y jefes de seguridad para seguir la crisis en Rusia desatada por la rebelión del grupo de mercenarios Wagner y se mantiene en «contacto permanente» con la OTAN y la UE, informó la presidencia del Gobierno italiano.
Meloni se reunió con los máximos responsables de Asuntos Exteriores, Defensa e Inteligencia, que «en coordinación con Palazzo Chigi (sede del Gobierno) están analizando el escenario, en contacto permanente con los aliados de la OTAN y la UE», se informó en un escueto comunicado.
La presidenta del Ejecutivo, que por la mañana viajó a Austria para participar en el Foro de Wachau, consideró que «los acontecimientos que se desarrollan en Rusia muestran cómo la agresión contra Ucrania está provocando también inestabilidad dentro de la Federación Rusa».
Previamente, el ministro de Exteriores, Antonio Tajani, había aconsejado «prudencia» a los italianos que se encuentran en Rusia, aunque «por el momento hay problemas», tras explicar que el Gobierno se encontraba en contacto con la Embajada de Italia en Moscú.
La principal formación de la oposición, el izquierdista Partido Demócrata (PD), ha pedido al Gobierno «que informe al Parlamento lo antes posible sobre el desarrollo de los acontecimientos, las posibles repercusiones en el escenario ucraniano e internacional, y las condiciones de seguridad de nuestros compatriotas en Rusia».
«Las noticias son fragmentarias pero preocupantes, hay que ser prudentes. La única certeza es que esta crisis es una consecuencia más de la demencial y desacertada guerra del (presidente ruso, Vladimir) Putin contra Ucrania», dijo el diputado y responsable de Asuntos Exteriores del PD, Peppe Provenzano.
Las columnas del grupo de mercenarios Wagner, que iniciaron una rebelión armada contra la cúpula militar rusa, se encuentran ya en la región de Lípetsk, 340 kilómetros al sur de Moscú, informaron las autoridades locales, que recomendaron a la población «no abandonar sus hogares y prescindir de viajes en cualquier medio de transporte».
Las autoridades de Moscú emplazaron a policías armados con ametralladoras en la entrada de la autopista M4 Don a Moscú a la espera de la posible llegada de las columnas de Wagner, según medios locales.
La situación ha llevado a introducir medidas antiterroristas en la capital rusa y en su región, «destinadas a fortalecer las medidas de seguridad», según señaló el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
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