Las autoridades de Pereira investigan el asesinato de dos ciudadanos venezolanos, conocidos por sus alias “Juanchito” y “Perica”, en un contexto de creciente violencia relacionada con la disputa territorial entre estructuras criminales como el grupo Cordillera y el GDCO Rebeldes. Este doble homicidio se suma a una serie de crímenes recientes vinculados a la lucha por el control de rutas y puntos de venta de drogas en la ciudad, reflejando un patrón de violencia que ha dejado más de 120 homicidios en lo que va de 2025.
El ataque ocurrió en el sector del Planchón, barrio 20 de Julio, en plena vía pública y frente a madres que regresaban del colegio con sus hijos, lo que generó conmoción y temor en la comunidad. Según fuentes policiales, las víctimas habrían intentado establecer un nuevo mercado de estupefacientes sin la autorización del grupo delincuencial Cordillera, lo que habría motivado la ejecución. Esta organización criminal, en disputa con el GDCO Rebeldes, busca controlar exclusivamente la venta de drogas en la zona, obligando a los consumidores a adquirir solo su producto y eliminando a quienes se resistan.
El modus operandi violento se ha evidenciado en otros casos recientes, incluyendo ataques sicariales contra ciudadanos venezolanos en Pereira, como el ocurrido en abril de 2025 en el barrio San Jorge, donde un venezolano murió y otro resultó gravemente herido tras un ataque a tiros perpetrado por sicarios en motocicleta. Estos hechos reflejan la persistencia de ajustes de cuentas y retaliaciones entre bandas criminales que utilizan la violencia para mantener el control territorial y comercial.
La violencia en Pereira ha escalado de forma preocupante, situando a la ciudad como la tercera con más homicidios en Colombia, solo por detrás de Bogotá y Cali. Las autoridades han vinculado este aumento a la confrontación interna de bandas dedicadas al microtráfico, especialmente en la venta de drogas sintéticas como el ‘tusi’. La Fiscalía y la Policía continúan con las investigaciones para identificar a los responsables de estos crímenes y desarticular las estructuras criminales que operan en la región, aunque la complejidad del fenómeno y la participación de actores transnacionales dificultan la tarea.
En suma, el asesinato de “Juanchito” y “Perica” no solo refleja la violencia generada por el narcotráfico en Pereira, sino también la vulnerabilidad de la población venezolana migrante, que en muchos casos se ve involucrada o afectada por estas disputas criminales. Las autoridades hacen un llamado a la colaboración ciudadana para avanzar en la identificación de los responsables y frenar la escalada de violencia que afecta la seguridad y convivencia en la ciudad
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