EFE
Bogotá.- Venezolanos que han llegado a Colombia para escapar de la crisis en su país están recibiendo amenazas de muerte anónimas en la localidad de Soacha, al sur de Bogotá, denunció este jueves el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), adscrito a la comunidad jesuita.
En un panfleto titulado «Llegó la hora de la limpieza social» y distribuido en ese municipio, un grupo anónimo advierte de que el 21 de mayo comenzó una «limpieza de venezolanos y viciosos».
El número de inmigrantes venezolanos que se encuentran en Colombia alcanzó este mes los 1.296.552, lo que representa la segunda oleada más grande del mundo después de la crisis provocada por la guerra en Siria.
Soacha, municipio de cerca de un millón de habitantes, según datos oficiales, recibe desde años, por su cercanía con Bogotá, a miles desplazados del conflicto armado interno, a los que se suma una oleada reciente de venezolanos que llegan prácticamente con lo puesto.
El abogado José Luis Bohórquez, miembro de la Mesa Esperanza de Soacha, alertó en la presentación de un informe sobre la violencia política en la localidad sobre el aumento de la «xenofobia» hacia los venezolanos.
«Si seguimos con el juego de normalizar y ridiculizar, lo que va a pasar es que la población venezolana va a ser foco de atentados y violencia», alertó el abogado.
Soacha es tristemente conocido por ser el origen de muchos de los jóvenes pobres que fueron reclutados con engaños por militares que les ofrecían trabajo y luego los ejecutaban para hacerlos pasar por guerrilleros muertos en combate en la década pasada, capítulo conocido como «falsos positivos».
La monja Norma Bernal, que también hace parte de la Mesa Esperanza, cifró en más de 1.800 las familias venezolanas que se han establecido en esa localidad.
Estos panfletos anónimos se han distribuido por Soacha y amenazan además a la población LGBT del municipio, incluso en algunos casos con nombres y apellidos.
Algunos de estos pasquines llevan el membrete del grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, otros el nombre de «Bacrim» y otros son anónimos.
El Cinep ya denunció en un informe previo que la mayoría de las amenazas y asesinatos de líderes sociales son ahora anónimas y que estos grupos criminales ya no buscan fijar una posición política con sus actos sino acabar con aquellos que no son de su agrado.
En el panfleto, al que tuvo acceso Efe, señalan en concreto a los vendedores ambulantes y ordenan que las peluquerías de esta población «cierren a las 6 en punto, de lo contrario, aténgase» a las consecuencias.
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