El presidente de Argentina, Javier Milei, y los miembros de su gabinete ministerial celebraron este martes su primera reunión en la Casa Rosada después de que el mandatario anunciara que sólo trabajará desde la sede gubernamental los martes y los jueves de cada semana.
Milei se trasladó este lunes a la residencia oficial presidencial, la Quinta de Olivos, situada en la provincia de Buenos Aires, al norte de la capital argentina, desde donde tiene previsto trabajar en remoto todos los días, exceptuando las dos jornadas semanales en las que mantendrá la reunión de su gabinete.
Hasta ahora, el presidente pernoctaba en un hotel cercano a la Casa Rosada, a donde se desplazaba todos los días para desempeñar sus labores como mandatario, cargo que ostenta desde el pasado 10 de diciembre tras vencer en el balotaje del 19 de noviembre al entonces ministro de Economía, el peronista Sergio Massa.
En varias ocasiones, Milei se ha asomado al icónico balcón presidencial de la Casa de Gobierno para saludar a sus seguidores.
Nueve ministros
El reducido gabinete del libertario es toda una declaración de sus intenciones políticas.
Está compuesto sólo por nueve ministros de la fuerza política que lidera, La Libertad Avanza (ultraderecha), y de la coalición Juntos por el Cambio (centroderecha).
La líder de este espacio, excandidata presidencial y ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó hoy un plan de racionalización de gastos de su departamento, según anunció el portavoz presidencial, Manuel Adorni, en su conferencia de prensa diaria.
El Gobierno reducirá gastos en el personal del Ministerio, no renovando los contratos de decenas de empleados y eliminando intermediarios de seguros en toda Argentina.
Además, el departamento que dirige Bullrich reducirá el número de equipos móviles y «racionalizará insumos como el café y otras cuestiones», como las suscripciones de periódicos en papel, fotocopiadoras o vehículos.
Con todo ello, el Gobierno estima que podría ahorrar más de 500 millones de pesos argentinos (unos 625.000 dólares al tipo de cambio oficial).
Es previsible que operaciones similares de austeridad y recorte de gastos afecten al resto de áreas del Ejecutivo, que ya están siendo objeto de auditorías profundas.
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