EFE/EPA/ANATOLY MALTSEV

Varios miles de personas se congregaron hoy en el centro de la capital armenia para demandar la dimisión del primer ministro, Nikol Pashinián, a quien acusan haber abandonado a su suerte a la república de Nargono Karabaj, que prácticamente ha quedado vaciada de armenios tras su capitulación ante Azerbaiyán.

«Ante nuestros ojos se ha cometido un genocidio y en presencia del contingente de paz ruso, cuya única misión en Artsaj (Nagorno Karabaj) era impedir que ello ocurriera», dijo desde el escenario montado en la Plaza de la República el ex primer ministro armenio Vazguén Manukián.

Occidente tampoco intervino

El opositor denunció que Occidente también vio lo que estaba sucediendo pero no hicieron nada por influir en las acciones de Azerbaiyán.

«Hemos visto que los intereses geopolíticos y económicos de los Estados superan los acuerdos y principios. ¿Acaso es algo nuevo? Cada vez que nos hemos visto en una situación así, decimos lo mismo: fuimos traicionados, debemos confiar en nuestras propias fuerzas», dijo.

Acusó a Pashinián de tener miedo a luchar con Azerbaiyán, pero no de declararle la guerra a Rusia, en alusión su cada vez más acentuado distanciamiento de Moscú.

Según Manukián, las afirmaciones de que la dimisión de Pashinián podría llevar a Azerbaiyán a declarar la guerra a Armenia no tienen ningún fundamento.

«Por el contrario, su permanencia en el poder se traducirá en nuevas pérdidas para el país», advirtió el opositor, que sin embargo admitió que aún no es tiempo para nombrar al candidato a sucederle al frente del Gobierno.

El ex primer ministro indicó que para iniciar el proceso de cambios tienen que producirse fisuras en el poder y decenas de miles de personas deben entrar en acción.

«Ustedes ven que Nikol sigue vendiendo la patria. Los más que más sorprende al mundo es que nuestro pueblo armenia todavía no ha derrocado a Nikol. En ningún países del mundo, salvo Armenia, Nikol seguiría siendo un líder», concluyó.

Las palabras de Manukián fueron recibidas con gritos de «¡Nikol, traidor!», «¡Nikol, traidor!», de los manifestantes cuyo número en la Plaza de la República difícilmente preocupará al jefe del Gobierno, que cuenta con una sólida mayoría parlamentaria.

Pero, aún así, las autoridades de Ereván dispusieron un gran despliegue policial, incluidos efectivos antidisturbios con cascos y escudos, tanto junto a la plaza de la República, el lugar de concentración opositora, como en las calles aledañas, en prevención de incidentes, que no llegaron a producirse.

La manifestación fue convocada por el opositor Comité Nacional, que lideró las protestas diarias que comenzaron el pasado día 20, cuando la república karabají se rindió, y fueron suspendidas este martes para sumarse a los esfuerzos en atender a los desplazados del enclave.

Nagorno Karabaj vaciado

Desde el domingo pasado más de 100.000 de los 120.000 habitantes en que se estimada la población de Nagorno Karabaj han llegado armenia, según Nazeli Baghdasarián, la portavoz del primer ministro.

La mayoría de los desplazados tiene familiares o amigos donde instalarse temporalmente en Armenia, mientras que unos 32.200, según los últimos datos, han aceptado alojamientos ofrecidos por las autoridades.

Pashinián, que ha denunciado reiteradamente que Azerbaiyán lleva a cabo una «limpieza étnica», predijo este jueves que en los próximos días «no quedará ningún armenio en Nagorno Karabaj».

El Comité Nacional acusa al primer ministro de ser «cómplice de esta tragedia nacional». 

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