Cerca de 35.000 páginas, que documentan las denuncias contra agentes de inmigración entre 2009 y 2014, fueron obtenidos después de años de lucha a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA).
El reporte fue puesto a disposición del público esta semana en la página web de ACLU de los Condados de San Diego e Imperial (ACLUF-SDIC).
«Estos documentos muestran un patrón persistente de acusaciones graves de abuso infantil a manos de funcionarios federales de inmigración que datan de 2009», dijo en un comunicado Mitra Ebadolahi, abogada principal de la Fundación ACLU de San Diego & Imperial Counties (ACLUF-SDIC).
El informe contiene una amplia gama de tipos de documentos oficiales, que incluyen correos electrónicos de agencias que describen quejas o investigaciones y declaraciones juradas de los empleados del Departamento de Seguridad Interna (DHS), entre otros.
Entre los miles de registros relacionados con abuso o maltrato de menores no acompañados bajo la custodia del DHS destacan los 15.700 documentos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), que incluyen 86 archivos de audio que suman cerca de 1.100 minutos y 7 archivos de vídeo.
Entre los videos destaca la entrevista hecha a una niña, posiblemente centroamericana, que describe cómo un agente de la Patrulla Fronteriza la obligó, innecesariamente, a bajarse los pantalones y miró a través de su ropa interior. Todo esto después de estar detenida en la mitad del desierto.
Ebadolahi enfatiza que esta historia es solo uno de los muchos episodios documentados en estos registros oficiales del gobierno, de mala conducta de CBP y abuso de autoridad.
«Además, muestran cuán disfuncional puede ser la supervisión del DHS y subrayan la necesidad urgente de una responsabilidad significativa en todo el Departamento», añade la abogada.
Los documentos también salpicaron a agentes de la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), pues dos de ellos se refieren a un incidente en el que un oficial de esta agencia abusó verbalmente de los menores migrantes.
El agente, que transporta a los niños, los mandó a callar de forma agresiva y amenazó con que «si seguía escuchando algo más en la camioneta iba a destrozar sus jodidas caras».
El informe resalta que, como resultado de ese incidente, el agente fue transferido a un trabajo diferente pero permaneció empleado por el DHS.
Ebadolahi enfatizó que el propósito de pedir y publicar estos documentos hace parte del compromiso por aumentar la transparencia dentro del DHS y que el público tenga acceso a esa información.
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