Los judíos ortodoxos rezan mientras leen el libro de Eicha (Libro de las Lamentaciones) para conmemorar Tisha B'av, en el Muro Occidental, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el 13 de agosto de 2024. EFE/EPA/ABIR SULTÁN

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultra y antiárabe Itamar Ben Gvir, desafió este martes de nuevo al primer ministro Benjamín Netanyahu reiterando que la Explanada de las Mezquitas sí es lugar de rezo para los judíos, después de que el mandatario le negase cualquier autoridad para alterar el ‘status quo’.

«La política del ministro de Seguridad Nacional es permitir la libertad de culto para los judíos en todos los lugares, incluyendo el Monte del Templo, y los judíos seguirán haciéndolo también en el futuro», respondió Ben Gvir en un comunicado difundido por su oficina.

El ‘Monte del Templo’ es cómo denominan los judíos a este recinto, según la creencia de que allí se levantó anteriormente el Segundo Templo, el lugar más sagrado para el judaísmo.

«Es un área soberana en la capital del Estado de Israel», añadió el ministro y colono de Cisjordania, aludiendo a la Ciudad Santa como capital del país, algo no reconocido por casi ningún Estado. «No existe ninguna ley que permita participar en la discriminación racista contra los judíos en el Monte del Templo o en cualquier otro lugar de Israel», concluyó.

Ben Gvir visitó esta mañana la Explanada, aprovechando la festividad del Tisha B’av, acompañado de miles de colonos judíos y, desde allí, reivindicó el supuesto derecho de los judíos de orar; gesto simbólico que ya ha repetido en varias ocasiones provocando la indignación de la población palestina.

La Meca

Poco después, la Oficina de Netanyahu aseguró en un comunicado que cualquier legislación sobre el lugar de culto -el tercero más importante para el islam tras La Meca y Medina- dependía del Gobierno y no de la «política privada» de ningún ministro.

Según el ‘statu quo’ vigente desde 1967, cuando Israel ocupó la parte este de Jerusalén, donde se encuentra la Explanada, el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo solo permitido a algunos rabinos.

El rezo judío se practica en el Muro de las Lamentaciones -ubicado en uno de los laterales de la Explanada-, y así lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años, algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso han cambiado esa recomendación y abogan por el rezo donde se levantó el Segundo Templo.

A la luz de su visita, tildada por la Presidencia palestina como «provocación», Hamás ha llamado a la Organización de Cooperación Islámica y la Liga Árabe a actuar para detener la «ocupación criminal» (israelí), y países como Egipto y Jordania la han condenado.

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