La Casa de los Morichales
La Casa de los Morichales, ubicada en Alta Vista. Foto: Isabella Avilé

La «Casa de los Morichales» es una de las leyendas urbanas más populares de Ciudad Guayana. Se dice que la casa está maldita y que nadie puede vivir allí sin sufrir terribles consecuencias. 

Pero, ¿qué hay de cierto en estos rumores? ¿Qué pasó realmente en esa casa?, y ¿Quiénes son sus actuales habitantes?

Ubicación

La casa se encuentra en una zona residencial de la ciudad, específicamente en Alta Vista en la urbanización Roraima. Su aspecto es imponente y elegante con un amplio jardín y una fachada blanca. 

No obstante, muchos vecinos evitan pasar por allí, pues aseguran que han escuchado gritos y lamentos por las noches e incluso que han podido ver sombras y luces extrañas en las ventanas.

Versiones y fantasmas

Según la tradición oral, la casa fue construida por una familia adinerada que tenía un exitoso negocio en la ciudad. Sin embargo, un día, sufrieron un terrible accidente de tránsito que les costó la vida, dejando la casa abandonada. 

Desde entonces, se dice que la casa está maldita y que nadie puede vivir allí sin caer en la desgracia.

Otra versión cuenta que la casa fue escenario de un crimen pasional, donde una pareja fue asesinada por un amante celoso. Los espíritus de los difuntos no habrían encontrado la paz y seguirían rondando la casa, asustando a los transeúntes y posibles inquilinos.

Una tercera versión afirma que los habitantes de la casa fueron los que la maldijeron, para que nadie pudiera ocuparla. Se dice que eran practicantes de la magia negra y que realizaron un ritual para proteger la casa de intrusos.

Desde entonces, se han reportado todo tipo de fenómenos paranormales en la propiedad, como objetos que se mueven solos, puertas que se abren y cierran, y voces que susurran en los oídos.

Realidad y normalidad

Sin embargo, todas estas historias tienen un punto en común: ninguna tiene pruebas que las respalden. Se trata de relatos basados en el miedo, la superstición y la imaginación. La realidad es que la casa tiene dueños y que viven allí desde hace más de 30 años.

Nueva Prensa Digital tuvo la oportunidad de hablar con uno de los integrantes de la familia que habita en la «Casa de los Morichales». Se trata de un hombre joven, que prefirió mantenerse en el anonimato. 

Él contó que su familia compró la casa hace tres décadas, cuando estaba en venta. Explicó que son una familia trabajadora y que no se la pasan mucho en el lugar.

Además, nos mostró su mascota, un perro de color blanco, que se veía muy feliz, saludable y que se puede encontrar siempre en el porche de la residencia.

El hombre añadió que está cansado de los rumores que circulan sobre su casa y que, al no poder desmentir estos falsos relatos, solo le ocasionan mucha gracia a su familia. 

Nos aseguró que nunca ha presenciado nada extraño o sobrenatural en su hogar, y que se siente muy cómodo y tranquilo allí e invitó a reflexionar sobre el hecho de que, si la casa estuviera realmente embrujada, ¿cómo es que está tan bien cuidada y con una mascota?

Así es que, la «Casa de los Morichales» no es más que una leyenda urbana, que se ha alimentado de la ignorancia y la curiosidad de la gente. No hay ninguna evidencia de que la casa esté maldita o que haya ocurrido algo terrible en ella. 

Por el contrario, la casa es el hogar de una familia normal, que solo quiere vivir en paz y armonía.

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