Dakar.- El senegalés Lamine Diack, que fue presidente entre 1999 y 2015 de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) -actual World Athletics- falleció anoche en la capital del país, Dakar, a la edad de 88 años, según confirmaron fuentes de su familia.

«Sí, mi padre acaba de ser llamado con Dios, nos hubiera gustado que siguiera acompañándonos, pero se ha marchado», declaró su hijo, Papa Massata Diack, a la Agencia de Prensa Senegalesa.

Lamine Diack fue condenado por la justicia francesa en 2020 a cuatro años, acusado de haber creado junto a otras cinco personas una trama corrupta para embolsarse millones de euros facilitando el dopaje de atletas rusos, además de haber creado un entramado empresarial junto a su hijo para desviar fondos de la IAAF.

Diack sucedió en la presidencia de la IAAF al italiano Primo Nebiolo tras la muerte de éste en 1999 y ejerció el cargo hasta 2015, en que fue elegido el británico Sebastian Coe, actual presidente de World Athletics.

El que fuera el primer no europeo en presidir la entonces IAAF fue un icono del deporte en esta nación de África Occidental y ocupó diferentes cargos de poder tanto en ese ámbito como en la política.

Nacido en Dakar en 1933 y habiendo practicado diferentes deportes durante su infancia -atletismo, baloncesto, fútbol, tenis y voleibol- Diack se convirtió, antes de la independencia del país, en campeón nacional (7,63 metros) y universitario (7,72 metros) de salto de longitud en Francia , en 1958 y 1959 respectivamente.

En 1973, fue elegido como el primer presidente de la Confederación Africana de Atletismo y, entre 1985 y 2002, ocupó la presidencia del Comité Olímpico de Senegal.

Asimismo, Diack ejerció como ministro de Juventud y Deportes del país, como alcalde de Dakar y como diputado de la Asamblea Nacional senegalesa.

La brillante carrera de Lamine Diack cayó en desgracia en 2015, cuando fue detenido en París junto a su abogado Habib Cissé, también imputado y condenado finalmente en el caso.

El 16 de septiembre de 2020, el expresidente de la IAAF fue declarado culpable de corrupción activa y pasiva, así como de abuso de confianza, y condenado a una pena de cuatro años de prisión -dos de ellos exentos de cumplimiento- así como a pagar la multa máxima, de 500.000 euros, una sentencia que su defensa recurrió.

Entre los acusados en el juicio se encontraba también Diack «hijo» (Papa Massata Diack) -refugiado en Senegal y sobre quien pesa una orden de arresto internacional- que recibió la mayor condena: cinco años de prisión y una multa de un millón de euros.

El escándalo saltó a la luz en 2012 por boca de atletas rusos descontentos con el sistema creado, lo que motivó que, en el terreno deportivo, ese país fuera excluido de competiciones internacionales durante cuatro años.

Diack tenía abiertas otras causas en Francia, por las sospechas de corrupción en la atribución de los Juegos Olímpicos de Río (2016) y Tokio (2020), así como de los Mundiales de Atletismo de 2013 (Moscú) y 2021 (Eugene, EEUU), por lo que su pasaporte había sido confiscado y no podía abandonar el país.

Sin embargo, el pasado mes de mayo regresó finalmente a Senegal después de que esa prohibición fuera anulada y el importante club de fútbol senegalés Jaraaf, que él mismo había presidido, pagara su fianza.

 

EFE

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