Una mujer de 30 años y su pequeña hija de 10 murieron cuando se transportaban en una embarcación que naufragó en el mar Caribe, tras haber partido desde la localidad colombiana de Necoclí (dos horas y 50 minutos al oeste de Montería), con destino a la selva del Darién, frontera con Panamá.
Como Alejandra Dávila, de 30 años, tachirense, fue identificada una de las víctimas; la otra era la mayor de sus hijas, refiere el medio @laredsancristobal en su cuenta Instagram.
El pasado martes 16 de julio, Alejandra, junto a su esposo, Junior Gómez, oriundo de Umuquena, Táchira, y las dos hijas de ambos, decidieron buscar un mejor futuro y se aventuraron a trasladarse al vecino país para abordar, en compañía de otros migrantes, una embarcación en Necoclí, al oeste del departamento Antioquia, en el golfo de Urabá, cercano al mar Caribe.
En medio de la travesía, el bote zozobró y varios migrantes habrían caído a las aguas del mar Caribe, entre ellos Alejandra y su hija, que no sobrevivieron.
Mientras tanto, Junior y su hija menor lograron salvarse y tras haber avisado de la tragedia a la familia, dos días después, llegaron a un campamento de la ONU, en Panamá, donde esperan para recuperar los cuerpos de las infortunadas, repatriarlos y darles cristiana sepultura, añadió La Nación.
El pasado lunes 15 de julio, un zuliano, Juan Carlos Monzant, de 27 años, perdió la vida tras sobrevenirle un infarto, en su intento por cruzar la intrincada selva del Darién.
Las autoridades panameñas han «cercado» unos 4,7 kilómetros de esa selva, para «canalizar» el flujo de los transeúntes que utilizan esa vía para emigrar a Estados Unidos, en busca de un mejor porvenir.
Desde el país centroamericano informan que los cruces por el Tapón del Darién han disminuido considerablemente.
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