Ciudad Guayana posee diversos murales representativos y llenos de color, pero uno de los más resaltantes es aquel que preserva el legado de Andrea González, una joven voluntaria y destacada comunicadora social que buscaba dejar una huella en la sociedad, siendo inmortalizada en la Avenida Las Américas, gracias a su padre Juan González, Artemio Fierro y voluntarios.
El mural es parte de una promesa entre padre e hija, donde Juan preservó la imagen y el lema de su hija «Tú puedes cambiar el mundo de una persona en un instante, no con grandes cosas, sino con tu disposición de ayudar».
Para González, el mural es sentimiento, predisposición, amor y ayuda, no se trata de un espacio turístico, sino de plasmar a su hija como una persona que marcó a la comunidad.
Durante la creación recibieron apoyo con los materiales, utilizaron un metro proyector, el educador y pintor Artemio Fierro estuvo participando activamente con el diseño del boceto y la aplicación de los colores.
El proyecto comenzó un domingo a las 11 de la mañana, donde Juan y una voluntaria se encargaron de pintar la pared de blanco, sin embargo, poco a poco se sumaron múltiples voluntarios y en tres días lograron terminar el mural. También fue bendecido dos veces por el padre Gerardo Moreno.
De igual manera se le colocó una capa protectora de silicona para conservar el brillo y colores, lámparas para mantenerlo alumbrado y un jardín.
Significado del mural
El elemento más llamativo es el rostro y la mano de Andrea González, ya que se trata de una fotografía icónica de la joven que fue proyectada en el muro. En su mano se encuentran diversas estrellas y puntos, una representación de todas las personas que forman parte de la fundación “Es de voluntarios” y que juntas suman todas sus voluntades.
La variedad de colores y formas en la palma son la muestra de las diversas personalidades, preferencias y gustos que tienen los individuos al momento de hacer una labor social, integrándose desde el amor para honrar al voluntariado y la memoria de Andrea.
El color amarillo alrededor de Andrea es una muestra del brillo, la alegría y el entusiasmo de la joven al ejercer su labor como voluntaria, además de ser parte de su personalidad y lo que irradiaba en su camino.
También se observan orquídeas, la flor nacional de Venezuela, mariposas que son un simbolismo de la transformación y cambio, y un colibrí que es una muestra de adaptación, sanación y libertad.
Finalmente, se lee su frase, antes mencionada, con un mensaje que habla sobre la disposición y ayudar aunque sea con un granito de arena.
Fundación de voluntarios
La iniciativa “Es de Voluntarios” nació tras la participación de Andrea González en trabajos sociales de la CVG, lo que fortaleció su deseo de ayudar a las personas.
Primero presentó su tesis en la Universidad Católica Andrés Bello, un trabajo relacionado con la creación de una escuela para sordos, bajo el título “Quiero Aprender”, y luego se desarrolló el movimiento “Es de Voluntarios”.
Al obtener una beca en China, realizó una tesis para oficializar una red de voluntarios, lo que impulsó la constitución de la fundación.
Sin embargo, la organización se ha mantenido en pausa ante la crisis actual, no han contado con los recursos y solo se han concentrado en labores puntuales como la entrega de comida.
Aunque ya se están encargando de reanudar sus actividades, iniciando con la creación de cuentas bancarias, el establecimiento de la sede, renovar la estructura organizacional, la espera de la aprobación financiera y el desarrollo de actividades que vayan más allá de la entrega de alimentos.
Por ahora buscan crear un impacto positivo en la sociedad, además de ofrecer su atención y apoyo en adultos mayores y adolescentes, que son los que más ayuda necesitan en la actualidad.
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